Bernardino León, comisionado de la ONU para asuntos libios, es solo un títere de los Estados Unidos.
El miércoles, 15 de abril, declaraba en el diario El Mundo que no podían apoyar al gobierno de Tobruk porque «tiene demasiada ambigüedad con los elementos del antiguo régimen y hay un riesgo de traicionar los principios de la revolución de 2011..» » La narrativa de Tobruk es que Trípoli (el gobierno títeres de los Estados Unidos) está dominado por los elementos más radicales del islamismo…Pero ahora estamos viendo a milicias se Misrata -alineadas con el gobierno de Trípoli- luchando contra Daesh en Sirte, y Daesh es percibido por todos como un enemigo».
Tendríamos que preguntarnos a qué se refiere cuando habla de «la revolución de 2011» ¿Acaso a los mercenarios de Al-Qaeda introducidos por Estados Unidos y sus socios? Porque en Libia no existió mas «revolución» que unos cientos de mercenarios que fueron introducidos desde fuera para ser utilizados de pretexto para invadir, destruir Libia y saquear sus recursos. Los libios lo expresan muy bien:»Primero introdujeron en Libia milicias de Al-Qaeda y las apoyaron, como si fueran una revolución de los libios. Después invadieron Libia con el pretexto de que había que combatir a Al-Qaeda. ¿En qué quedamos?».
Bernardino León termina la entrevista de El Mundo declarando que si no llegan a acuerdo alguno podrían pensar en una intervención militar.
Este Señor está apoyando a la Hermandad Musulmana y pretende instaurar gobiernos de corte radical y confesional en aquellos países que eran pogresistas y laicos (como Iraq, Libia, Siria…) En Libia apoya a un supuesto gobierno de Trípoli, es decir el pretendido gobierno títere de los Estados Unidos, en contra del Gobierno de Tobruk. Y ahora se fotografía con su ayudante, el terrorista Abdelhakim Bilhaj, el hombre más odiado de LIBIA Abdulhakim BELHAJ que pertenece al grupo terrorista “Grupo Islámico Combatiente Libio” (LIFG), una versión de Al-Qaeda, que ha estado involucrado en explosiones de las embajadas extranjeras alrededor del mundo y que ahora se ha unido al Estado Islámico, Isis o Daesh.
Bien pagado por Occidente, Bilhaj se ha convertido en un hombre inmensamente rico.
Ha asesinado a la mayoría de sus opositores y continúa asesinando a todo ciudadano libio que no esté de acuerdo con él.
Los planes de Occidente le han puesto al frente del Emirato Islámico, a fín de extender a este grupo terrorista no solo por Iraq y Siria sino también por Libia, Egipto y otros países del Norte de África.
Trípoli pretende ser la zona de comienzo, utilizando todas las milicias (grupos armados de mercenarios o islamistas) con la excusa de “salvar” al país y bajo la protección de las empresas de seguridad y de inteligencia occidentales.
Las Milicias han salido del centro de la capital Libia, Trípoli , y se han situado en las afueras de la capital.
Las milicias de la LIBIA DAWN (Misratah) de Libia, van al colapso rápidamente en todos los frentes, por esto han intensificado sus llamadas a Occidente y mediante Bernardino León para acelerar la presentación de esta propuesta práctico para salvarlos antes de perderlo todo. Quieren el apoyo para el gobierno títere de los Estados Unidos, aliado con Libia Dawn y terroristas como Abdelhaki, Bilhaj.
De esta manera Bernardino León completa su tarea que se inició entre Bernard-Henri Levy y Bremer en Libia.
Para permanecer en casa bajo la tutela occidental y sus satélites, los agresores y las empresas extranjeras siguen desempeñando papeles sucios bajo las consignas de la estabilidad y la seguridad, la reconstrucción y la democracia engañosa. Para obtener más beneficio y saqueo y la pérdida de la soberanía y el control del dinero … para eso apoya Bernardino León a estos terroristas.
Pese a todo, los libios han ido renaciendo de sus cenizas y retomando las riendas de su país, se han dado un gobierno de unidad, que es el de Tobruk, y un parlamento, en el que participan las tribus, el Movimiento Nacional Popular Libio, los militares, los movimiento sociales…Pero han sido excluidos de la mesa de negociaciones sobre el futuro de Libia.
Recordemos que con fecha 23 de febrero, convocada por Estados Unidos (que insiste en apropiarse del petróleo) se celebró una reunión en Marruecos a la que asistieron la embajadora de ese país Deborah Jones, el embajador británico Michael Aron y el embajador de Francia en Libia, por una parte, y representantes de Misrata (Libya Dawn, es decir el terrorismo puro y duro que opera en Libia), así como Abdul Hakim Belhadj (reconocido terrorista de Al- Qaeda, sumado ahora al Emirato Islámico, implicado en el 11-M) y el libio Abu Obeida, perteneciente también al Emirato Islámico. Las conclusiones de esa reunión han sido entre otras apoyar a las milicias de Misrata (Libya Dawn) para librar una guerra contra Al Daash; aplicar un solución militar a Libia; y boicotear el proceso de dialogo del pueblo libio, es decir: el gobierno de Tobruk, del que se acuerda disolver la cámara de representantes, en el que participan las tribus, el Movimiento Nacional Popular Libio y los militares, como ya se ha expuesto; y formar grupos terroristas en el Sinaí para frustrar los esquemas del presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi.
Este mismo esquema de reunión ha sido trasladado al supuesto “proceso de paz” de Ginebra, dirigido por un hombre impuesto por los Estados Unidos, Bernardino León, que si por algo se ha caracterizado ha sido por sus preferencias en negociar con las bandas armadas y dejar fuera de las mesas de diálogo a los libios. Este hombre nunca podrá ser aceptado como interlocutor para lograr una solución en Libia.
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