Fuente: eljoropo.com
El minotauro global
La crisis económica que tan terribles estragos ocasiona al Estado de Bienestar europeo, alcanzado por los trabajadores en décadas de luchas, tiene como explicación -de acuerdo a Yanis Varoufakis, ministro griego de la economía y profesor universitario en el área-, la insaciable voracidad del imperialismo norteamericano.
La ciencia impone el lenguaje, los métodos, los datos y las teorías que soportan y le dan precisión al trabajo de los especialistas. Pero excluyen a los demás que, como en el caso de la economía, paradójicamente, son los que serán afectados por las decisiones derivadas de las teorías e investigaciones. Sin embargo, en ocasiones, una buena metáfora permite explicar con sencillez fenómenos complejos que, de otra manera, serían reservorio exclusivo de los iniciados en el área específica de que se trate.
Precisamente Yanis Varoufakis recurre a la metáfora del minotauro global para ganar en comprensión y efectividad a la hora de comunicar la idea de que entre las diversas y fundamentales razones esgrimidas para explicar la crisis actual del capitalismo hay que destacar el carácter devorador del imperialismo norteamericano como columna vertebral que sostiene y le da forma a las explicaciones ensayadas.
Como se recordará, en la leyenda griega, Creta, poseedora del Minotauro (animal mitad toro y mitad humano hijo de la mujer del Rey Minos), obliga al resto de la ciudades griegas a enviar cada año a siete muchachos y a siete doncellas para alimentar al monstruo. El no cumplimiento de esta exigencia provocaría la guerra y el uso de la fuerza aplastante y destructiva de los cretenses. Las ciudades griegas sólo pudieron liberarse de tan trágico destino cuando el ateniense Teseo logra darle muerte al Minotauro y, con ello, se dieron las condiciones para el inicio de una nueva era.
El minotauro global arranca en 1971 con “la audaz decisión estratégica de las autoridades estadounidenses” de reducir el déficit de la economía norteamericana “absorbiendo los excedentes de productos y capitales de otros países”. Esto permitió un relativo equilibrio y una ilusoria tranquilidad que se rompe con el crash de 2008. Es esto, a juicio de Varoufakis, la herida mortal del Minotauro Global: El final “… llegó de pronto, sin que ningún agente físico lo atacara intencionadamente. La herida potencialmente fatal fue infligida por el derrumbe, cobarde y espontáneo, del sistema bancario. Si bien el golpe fue igual de espectacular, al terminar claramente con la segunda fase de posguerra del capitalismo global, la nueva era se resiste tozudamente a mostrar su verdadero rostro”.
Integrar las explicaciones
La crisis que explotó en 2008 ha puesto al descubierto los mecanismos de funcionamiento de un sistema de fraude y de expoliación cada vez más inmoral y menos sujeto a barreras de contención.
Los economistas al servicio del capital financiero crean instrumentos bancarios sin respaldo que les permite reciclar y obtener dinero generado por la especulación exorbitante y desfalco a los ahorristas. Es lo que se ha dado en llamar una codicia sin límites. Los EEUU satisface las necesidades de consumo de la población, no con un aumento de su producción interna, sino con la importación de productos alemanes, japoneses y chinos que paga con el sencillo procedimiento de fabricar más dólares que engrosa su astronómica deuda pública. A su vez, los países proveedores retornan sus ganancias al mercado financiero norteamericano.
Dice Varoufakis: “Alrededor del 70% de los beneficios obtenidos globalmente por estos países eran después transferidos a EEUU, en forma de flujos de capital hacia Wall Street. ¿Y qué hacía Wall Street? Al instante transformaba estos flujos de capital en inversiones directas, acciones, nuevos instrumentos financieros, nuevas y viejas formas de préstamo y, por último, pero no por ello menos importante, ‘un dinerillo’ para los propios banqueros”.
Es este mecanismo de financiación del déficit de la economía estadounidense (déficit presupuestario del gobierno y déficit del intercambio comercial) la clave de la explicación del crash de 2008 y quien también permite comprender el auge de los instrumentos financieros, de la corrupción bancaria, de la extralimitación de la codicia, de la relajación de las leyes y de los organismos reguladores, etc.
Hay que ayudarlo a morir
Vivimos momentos decisivos para la historia de los países. Quizás, nunca antes como ahora, se precisa con tanta urgencia un diagnóstico radical de la situación de nuestros días. La crisis de la economía mundial ha sido enfocada desde diferentes perspectivas y arrojado proposiciones de salida que difirieren no sólo en cuanto a cómo se distribuyen las cargas de sus consecuencias sino también en cuanto a sus soluciones: Parches o tratamientos definitivos, reformas o revolución.
El capitalismo es global y la revolución debe igualmente globalizarse. No se necesita argumentar sobre la miseria de los pueblos y el deterioro del medio ambiente que ha provocado el imperialismo en todo el mundo. Hoy, como lo predijo Marx en sus trabajos, el capitalismo sucumbe en razón de la agudización de sus contradicciones irresolubles. Pero, hay que darle una “ayudíta” a bien morir. Se precisa aunar esfuerzos, tender puentes y trabajar en alianza con los pueblos, las organizaciones políticas de avanzada y los gobiernos que abren caminos para un nuevo mundo posible. Estamos viviendo los comienzos de una nueva era y la liquidación del monstruo insaciable es requisito insustituible para darle concreción a esa nueva era y garantizar la sobrevivencia de la humanidad.