Che Guevara y Fidel Castro protagonistas, como la inmensa mayoría de los cubanos, de la revolución en Cuba
Para comprender una situación política y económica es importante recordar el pasado. En el caso de Cuba y la agresión continua a la que ha sido sometida por el poder económico estadounidense este pasado, la historia sucedida y también la historia presente, nos dirá muchas cosas que nos permitirán entender que es realmente lo que está ocurriendo. Y aquí es bueno ver que había en Cuba antes de la revolución que triunfó el 1 de enero de 1959.
No olvidemos que los dirigentes de Estados Unidos han visto siempre a Cuba como a un lugar donde hacer grandes negocios explotando a sus recursos naturales y a sus gentes, no como a un país al que había que respetar.
Podríamos llamar a Cuba en su relación con EE.UU. como la gran deseada.
Cuando el poder económico y políticos estadounidense consiguió desplazar a los españoles en su papel de dominador y explotador de la isla se abrió para ellos un futuro lleno de oportunidades para hacer grandes fortunas. A un paso de EE.UU., con puertos excelentes, con un clima fantástico para la explotación de cultivos, siendo el paraíso de la diversión y el relax, junto a una posición estratégica extraordinaria de antesala protectora de la nación norteamericana, la hacían el sueño de las ambiciones de expansión de una potencia ya naciente.1
Basta recordar cómo veían a la isla y a otras como ella los que fueron presidentes de Estados Unidos antes de la conquista de Cuba . Así, el que fuese Vicepresidente y sexto Presidente de los EE.UU., John Quincy Adams decía:
Esas islas son apéndices naturales del continente norteamericano. 2
Adams, según lo que él denominaba “las leyes de la gravitación política”, haciendo una analogía con las de Newton en física, expresaba que Cuba caería como un fruto maduro en las manos de EE.UU, solo era cuestión de esperar un poco más.
Islas al servicio de los deseos de estos «señores».
El sometimiento a EE.UU. tras la “liberación” de Cuba de España era evidente, en 1901 se redactó y aprobó la Constitución cubana. Pero el Congreso estadounidense también aprobó la enmienda Platt, por la que podían intervenir en los asuntos de Cuba cuando lo estimasen oportuno. Pese a algunas reticencias cubanas de la Asamblea Constituyente, EE.UU. le planteó que se aceptaba eso o se mantenía una ocupación completa de la isla. En la enmienda Platt se indicaban por ejemplo en sus puntos III y IV, cosas como:
III.- Que el Gobierno de Cuba consiente que los Estados Unidos puedan ejercitar el derecho de intervenir para la conservación de la Independencia cubana, el mantenimiento de un Gobierno adecuado para la protección de vidas, propiedad y libertad individual y para cumplir las obligaciones que con respecto a Cuba han sido impuestas a los Estados Unidos por el tratado de París y que deben ahora ser asumidas y cumplidas por el Gobierno de Cuba.
IV.- Que todos los actos realizados por los Estados Unidos en Cuba, durante su ocupación militar, sean tenidos por válidos, ratificados y que todos los derechos legalmente adquiridos en virtud de ellos, sean mantenidos y protegidos. 3
Para las elecciones se utilizaba el sufragio ilustrado y censitario, es decir, debían saber leer y escribir y además tenían que tener una cantidad de 250 pesos en propiedades. El fin de ello era excluir a los esclavos y a todo el sector social más empobrecido y abandonado, que eran mayoría entre la población, evitando de ese modo a quienes sí estaban interesados en cambiar las cosas.
En 1902, con el nacimiento de la República de Cuba, es elegido presidente Tomás Estrada Palma. En su reelección se produce una insurrección como consecuencia de haber existido fraude, ante ello Estrada llama a la intervención militar estadounidense en septiembre de 1906. EE.UU. intervino y el secretario de Guerra estadounidense, William H. Taft, tomó el cargo de Gobernador Provisional de Cuba, que daría paso a quien ocupó la gobernación del país, Charles E. Magoon. La intervención estadounidense tuvo como resultados la corrupción, el despilfarro y la represión de quienes mostraban su malestar. El soborno era un modo habitual de proceder, gastándose por ejemplo en las obras públicas hasta siete veces más de lo que debían costar. También se pagaban sueldos por cargos implantados pero sin trabajar realmente. Todo esto sentaría un precedente que habría de repetirse en los siguientes gobiernos, donde la corrupción y la opresión fueron ya parte de su funcionamiento. El motivo de estas intervenciones era evitar cualquier independencia real de Cuba y defender los intereses de las inversiones norteamericanas en la isla. La llegada de Gerardo Machado a la presidencia en 1925 supone un ejemplo de ello, donde se prima el beneficio de las empresas estadounidenses y a la élite económica local. El rechazo de la población pronto se hizo patente, hasta tal punto que pese a la fuerte represión el dictador tuvo que huir del país en 1933. Ese año EE.UU. ayuda a que llegue a presidente Carlos Manuel Céspedes, que no podrá gobernar siquiera durante un mes, ya que Fulgencio Batista da un golpe de Estado el 4 de septiembre de 1933. Tras él se establece el gobierno de los Cien Días, con Ramón Grau como presidente, y Batista queda como jefe del ejército. En el poco tiempo que dura toma medidas de apoyo a la gente menos pudiente y ataca al sometimiento a EE.UU., criticando la enmienda Platt. Este Gobierno no es reconocido por el país norteamericano. Después viene un periodo, de 1937-1945, en el que se suceden gobiernos que hacen mejoras significativas, se implanta la Constitución de 1940 y se legaliza al partido comunista en 1939, como Unión Revolucionaria Comunista. De 1940-44 gobierna Fulgencio Batista, que recibe el apoyo del partido comunista. A este gobierno le siguieron los de Ramón Grau y Carlos Prío Socarras, estos reprimen a competidores políticos y establecen una fuerte censura. Resultado de ello surge una escisión del Partido Auténtico que gobernaba, encabezada por Eduardo Chibas, con el Partido del Pueblo Cubano -ortodoxo-. Como se preveía que en las elecciones de 1952 iba a ganarlas este partido, Fulgencio Batista dio un nuevo golpe de Estado, esta vez con la intención de mantener una dictadura duradera. Llega al poder el 10 de marzo de ese año y una vez en él elimina la constitución de 1940, anula las libertades y la autonomía universitaria. También instaura la pena de muerte. El apoyo a las inversiones norteamericanas es decidido y se les da todo tipo de ventajas económicas y legales. Al no poder existir reclamación por irregularidades o abuso hacia los trabajadores, la explotación descarnada se convierte en norma. Es un periodo de gran represión y brutalidad hacia la población, pero que, por el contrario, es de gran estabilidad para los intereses de EE.UU. El daño a la propia riqueza del país era evidente, al convertirse en un mero exportador de algunas materias primas y no generar riqueza propia. 1
Cuba compraba en Estados Unidos no solo los automóviles y las máquinas, los productos químicos, el papel y la ropa, sino también arroz y fríjoles, ajos y cebollas, grasas, carne y algodón. Venían helados de Miami, panes de Atlanta y hasta cenas de lujo desde París. El país del azúcar importaba cerca de la mitad de las frutas y las verduras que consumía, aunque solo la tercera parte de su población activa tenía trabajo permanente…
Trece ingenios norteamericanos disponían de más del 47% del área azucarera total y ganaban alrededor de 180 millones de dólares por cada zafra.
Había en Cuba, en 1958, más prostitutas registradas que obreros mineros. 4
La respuesta a esto fue la formación de un grupo dirigido por Fidel Castro que intentó sucesivamente cambiar el régimen. Contra los deseos y expectativas de la élite norteamericana Fidel Castro triunfa en su revolución, provocando la salida de Batista el último día del año 1958.
Ahora ya saben, hay una ola de euforia, con poco rigor, difundida por los medios de comunicación, alabando la «nueva» actitud de la Administración Obama respecto a Cuba. El Gobierno cubano, más sabio, es más precavido. Obama, de hecho, ya deja ver, si se mira atentamente, por qué se ha hecho esto y cómo se quiere que sean las cosas (no muy diferente a la triste historia pasada de Cuba bajo el dominio de los poderosos hombres de negocios del país del norte).
Finalizaremos una estrategia que durante décadas no ha logrado promover nuestros intereses. 5
Mueven los intereses: comerciales y políticos. No olvidemos, que pese a la ocultación por parte de los medios de comunicación, Estados Unidos pasa por un mal momento a nivel mundial, porque Rusia, pese a que los medios quieren ponerla como perdedora y aislada, le está ganando la partida política y económica. Rusia tiene mejores relaciones que nunca con América Latina y también con África, y lo que es peor, además con China, con la India y recientemente le metió un gol a Estados Unidos y a la OTAN con sus acuerdos económicos con Turquía. 6 Añadido a esto, muchos países europeos, como Hungría, Austria, Alemania o Finlandia, ven que no van a ninguna parte buena con un aislamiento económico y político con el gran país eslavo. La estrategia de Rusia es una ganadora, no ya en el largo plazo, sino en el medio. De ahí que Estados Unidos salga ahora con este movimiento, propagandístico, que no tiene nada que ver con querer democracia en ninguna parte, baste recordar lo que ha estado haciendo y hace en Ucrania, 7 además de en Libia, Siria, Nicaragua, Yugoslavia…, junto a promover el terrorismo más abyecto. y a hacer la vida imposible a los propios cubanos.
Las «concesiones» del poder estadounidense no dejan de ser una trampa envenenada que la experiencia y sabiduría cubanas deberán haber bien entendido.
Las concesiones que Obama está ofreciendo a Cuba son mínimas. La flexibilización putativa de restricciones bancarias y de viajes y la reapertura de una embajada en Cuba (instalaciones de espionaje) están condicionadas a que el Gobierno cubano acepte «elecciones libres» y la apertura a la inversión del capital estadounidense y de las comunicaciones. 8
Es decir, la entrada de una dictadura encubierta con el nombre de democracia, en el que los hombres de negocios controlan y manejan al país y a sus gentes a su antojo, algo de lo que ya tienen experiencia, como hemos visto, los cubanos.
Tal y como es, el movimiento «histórico» de Obama es solo retórica vacía a la que nos hemos acostumbrado con este presidente [y con tantos otros más]. La premisa subyacente en Washington sigue siendo una de un poder hegemónico que está tratando de hacer valer sus intereses estratégicos sobre la nación cubana. De nuevo esa política es ilegal y debería ser perseguida en un tribunal internacional de justicia. 8
Y aquí no se trata de oponerse a lo que haga Estados Unidos, haga lo que haga. Sino a lo que realmente hace, cuyas intenciones no son nada loables y cuya experiencia es reveladora, reveladora de no actuar de buena fe sino con segundos y nada admirables intereses.
¿Qué es entonces este «acercamiento»?
El movimiento esta semana de Obamas sobre Cuba no es más que una maniobra de relaciones públicas… 8
PS:
Artículos interesantes sobre este tema:
¿Qué busca el imperialismo con la apertura diplomática hacia Cuba?
For Truly Better Relations with Cuba, Open the Door and Get Out of the Way!
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Notas:
1. Mikel Itulain. Estados Unidos y el respeto a otras culturas y países. Cuba.Libertarias. 2012.
2. Cat Wiener. History of Cuba. 1. From colonization to the 10 Years War. June 1996.
3. Paul Halsall. Modern History Sourcebook: The Platt Amendment, 1901, July 1998.
4. Eduardo Galeano. Las Venas Abiertas de América Latina. Siglo XXI. 2008. 6ª edic
5. Trancript: Obama´s remarks on U.S-Cuba relations. The Washington Post. 17.12.2014.
6. Thierry Meyssan. De cómo Vladimir Putin invirtió la estrategia de la OTAN. Red Voltaire, 8.12.2014.
7. William Engdahl. Foreign bankers rape Ukraine. New Eastern Outlook. 18.12.2014.
8. Finian Cunningham. Ending the Cold War in Cuba? From the freezer to the chiller. nsnbc.me. 19.12.2014.
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