¿Existe hoy en día un imperio? Parte II: Su praxis, su modo de actuar en el exterior.

Los imperios utilizan la fuerza cuando no tienen buenas razones
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Carl Sagan, el astrónomo estadounidense, sostenía con abundante razón que suele ser tarea inútil el tratar de convencer a alguien cuyas creencias no están basadas en evidencias, con precisamente evidencias que cuestionaban esas creencias. Pues si no has llegado a estas a través de la comprobación, del análisis, de los hechos, sino porque así te enseñó y sobre todo se te enseñó a no cuestionar eso precisamente que se te enseñó, entonces no estás preparado para que alguien te pueda pedir una explicación racional o poner en cuestión con datos lo que se te inculcó creer. Todos, nos guste reconocerlo o no, tenemos pensamientos o ideas que no se basan en nuestras propias reflexiones o comprobaciones, los o las hemos adquirido, buena parte de ellos y ellas, sin cuestionarlos.
Sería bueno pues que tuviésemos presente lo siguiente:
Mucho sobre nuestra percepción personal no es tan personal, sino que está configurada por una variedad de fuerzas y condiciones fuera de nosotros mismos, tales como: la ideología dominante (o el «paradigma dominante»), los valores sociales convencionales, la posición particular en la estructura social, el flujo de información o desinformación disponible, y los potenciales beneficios o pérdidas ligados-as a las percepciones o pronunciamientos que uno hace. 1
En relación a la misma existencia de un imperio hoy, del que ya expusimos en laprimera parte de forma clara que es algo real y algo actual, tenemos este caso de no aceptar o aceptar parcialmente algo, no porque los hechos no lo dicen, que ya lo creo que lo dicen, pues lo hacen de forma abrumadora y clara, sino porque no es algo convencionalmente o socialmente aceptado, porque no es de uso o conocimiento común, no está dentro de un clima de opinión favorable dentro de la sociedad. Y el mal principal no está aquí en no aceptar la realidad de un imperio, sino en no aceptar los efectos y resultados que tiene ese imperio en miles de millones de personas en todo el planeta, porque hoy puede que muchos ya acepten que existe tal estructura, pero miran hacia otro lado ante las trágicas consecuencias que de él se derivan. Pueden aceptar hablar de este, del imperio, pero no del imperialismo, que es precisamente lo que hace el primero. ¿Por qué? Porque hablar de algo de forma teórica, sin cuestionar la estructura o jerarquía social, sin contrastarlo con la práctica es fácil, fácil pero vacío, pues no aporta realmente nada. Sin embargo, hablar de los efectos reales de un imperio sobre el mundo en el que tiene poder de acción, observando su influencia social, cultural, religiosa o económica, es algo diferente, porque nos hará ver lo que realmente es, no lo que quisiéramos que fuese. Una observación atenta y detallada de los efectos de los imperios en la historia nos suele mostrar una cara no demasiado amable.
De hecho, los imperios no son acumulaciones inocentes, distraídas y accidentales. Están dirigidas de forma premeditada por dirigentes que conscientemente movilizan vastas cantidades de personas y medios con el fin de explotar otros lugares y personas. 2
Se imaginarán que para conseguir esto se utilizan algo más que palabras, y así es, si el Imperio romano disponía de numerosas legiones extendidas por todo su territorio: Europa, Norte de África y Oriente Medio, el imperio actual, el formado por los dirigentes de Estados Unidos y sus socios, eclipsa y empequeñece al romano, pues el actual está presente en todos los continentes, teniendo influencia, mayor o menor, en todos los países del planeta, y disponiendo de más de 700 bases militares para imponerlo y mantenerlo. 3 A este poder militar hay que añadir el que tiene sobre sus socios, ya que a través de la OTAN Estados Unidos puede sortear problemas legales a nivel nacional e internacional aduciendo la inventada y falsa excusa de la Responsabilidad para proteger.

…la OTAN puede ser usada como una fuerza colectiva para la intervención sin ser obstaculizada por un veto de la ONU, como puede suceder cuando Washington  busca un mandato de Naciones Unidas para la guerra e invasión contra un país. En otras palabras, los Estados Unidos tienen una forma más libre de operar a través de la OTAN que a través de Naciones Unidas. Así, cuando el Consejo de Seguridad de la ONU  (debido a los vetos ruso y chino) rechazó cooperar con la destrucción de Yugoslavia, Whashington preparó a la OTAN. 4

La OTAN en realidad nunca ha sido una organización defensiva, ni tampoco algo realmente necesario para la población occidental, en cambio sí ha sido muy útil para las corporaciones occidentales, que de este modo, mediante el uso de la fuerza, han llegado a lugares donde antes no tenían apenas influencia.

En realidad el público de los Estados Unidos nunca necesitó a la OTAN. El Ejército rojo soviético nunca tuvo el interés ni la capacidad para invadir Europa occidental después de la Segunda Guerra Mundial. El Departamento de Estado ha admitido esto. ¿Significa esto que la OTAN ha sido algo sin sentido o inútil? No en absoluto, es un valioso instrumento para encerrar a los países europeos  occidentales dentro del sistema imperial de EE.UU, tal y como está haciendo ahora con los países del este de Europa recién llevados al sistema capitalista. 4

Además, como la misma Roma, el imperio de hoy utiliza numerosos ejércitos contratados, es decir, mercenarios que le harán el trabajo sucio. Esto, por más que está extendido, es principalmente desconocido en las sociedades de donde nace ese imperio, la estadounidense y sus socias europeas. Al Qaeda, por ejemplo, es una muestra de estas organizaciones mercenarias en beneficio de los dirigentes occidentales y en claro perjuicio de los países donde actúan. Así, de este modo, en las guerras coloniales contra Libia o Siria que se han llevado y se están llevando a cabo, se han utilizado estos fanáticos a sueldo. Vean estos enlaces:

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Por supuesto que el recurso a la violencia militar se hace cuando otros medios han fallado, como son el soborno y las amenazas a los líderes de los países que se quiere someter. Todo este mundo de engaño, corrupción y coacciones es normalmente un mundo que usted no ve.
En este mundo que usted no ve hay enormes mentiras con dolorosas consecuencias, por ejemplo, las «ayudas» al tercer mundo:

Canalizamos fondos del banco y sus organizaciones hermanas hacia proyectos que parecían beneficiar a los pobres, pero que fundamentalmente beneficiaban a unos pocos ricos. Los más habituales eran países en desarrollo que poseían recursos que nuestras corporaciones deseaban (por ejemplo, petróleo); facilitábamos un gran crédito a ese país y luego dirigíamos la mayor parte de ese dinero hacia nuestras propias empresas de ingeniería y construcción, y a unos pocos colaboradores en el país en desarrollo.

¿Cuántas veces han oído hablar ustedes en los telediarios, en la prensa o en la radio de la ayuda humanitaria, de la concesión de créditos para el desarrollo, del interés porque el tercer mundo se desarrollase? ¿Cuántas?, ¿infinidad de veces? Seguro que sí. Y ya ven, el llamado tercer mundo que ha permanecido bajo esas «ayudas» nunca se ha desarrollado realmente, sino que ha ido a peor. Es evidente que a ustedes les han engañado y mucho con eso de la solidaridad y la ayuda de «nuestras» corporaciones o ejércitos. El fin era otro: enriquecerse, pero encubrirlo como que se estaba haciendo el bien. A veces uno se pregunta cómo puede ser la gente tan ingenua y crédula, pero lo es, ahí está que este engaño que envuelve a esta gran corrupción sigue funcionando. 5

Las dolorosas consecuencias que comentaba son, entre otras, que países con grandes recursos, con riqueza y posibilidades de progresar son bloqueados, bloqueados y explotados hasta la médula, robándoles sus recursos, explotando a su población y dejándolos como países sin desarrollo, sin progreso y sin futuro. Las consecuencias y los hechos del imperialismo no son amables para aquellos muchos que lo sufren, por eso no se cuentan, por eso se silencian, y todo a pesar de que el llanto y dolor que provoca son bien sonoros, como sonora es también la lucha que se lleva a cabo para acabar con él.
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Para continuar comprendiendo como actúa un imperio en el exterior y también de cara a su propia población continúen con el siguiente enlace:
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Guerra «no convencional».
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Notas:
1. Michael Parenti. The face of imperialism. Paradigm Publishers, 2011, p.2.
2. Ibid. p.4.
3. Jules Dufour. The worldwide network of US military bases. Global Research, 24.12.2013.
4. Michael Parenti. Op.cit. p.21.
5. Mikel Itulain. El mundo que usted no ve. ¿Es posible la paz?, 17.06.2013.
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