Erdogan Leaks: periodistas en prisión

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Bahar Kimyongür
25 de marzo, 2014
Traducción: Collectif Investig’Action

Fuente: Investig’Action

Ahora es una realidad conocida por todos: Turquía es la mayor cárcel del mundo para los periodistas. El que se atreve a informar a la población de manera independiente, crítica y transgresora lo paga con su libertad y su salud en Turquía, más que en otros lugares. Pero ¿qué pasa con el ejército de periodistas turcos que siguen libres a pesar de la represión? ¿Cómo se lo montan para seguir existiendo?

Unos se convierten en corderos, otros en cancerberos del poder. Este es el caso del director del canal Habertürk, el Sr. Fatih Altayli.

El grupo mediático Habertürk forma parte del grupo industrial Ciner, principalmente activo en la industria minera y de energía, y como patrocinador del AKP, el partido de la justicia y el desarrollo del Primer Ministro Recep Tayyip Erdogan. (1)

Preguntado por la cadena CNN Türk, el Sr. Altayli lamentó las presiones ejercidas por el poder sobre los medios de comunicación.

Pero en vez de retractarse, el Sr. Altayli evitó cuidadosamente reconocer su papel abyecto en la desinformación y en la depuración de los periodistas independientes.

El mes pasado, unas conversaciones telefónicas muy comprometedoras entre el primer ministro Erdogan, un administrador de Habertürk llamado Mehmet Fatih Saraç y su socio Fatih Altayli aterrizaron en Youtube.

La población turca descubrió entonces la fuerte relación de lealtad de los medios turcos con el mundo político y financiero y, especialmente, la gestión directa de la censura por parte del Jefe de Estado.

He aquí algunos ejemplos de esas fugas «Erdogan Leaks», filtradas por los agentes de la poderosa cofradía religiosa de Fethullah Gülen, el hermano-enemigo del Primer Ministro.

En junio de 2013, el ministro Erdogan entonces en visita a Marruecos, descubre en Habertürk la transmisión del discurso del líder de la extrema derecha turca Devlet Bahçeli. Erdogan considera a éste como a uno de sus principales rivales políticos. Ipso facto, Erdogan llama a su agente mediático Mehmet Fatih Saraç:

» ¿Aló, Fatih? ¿Estás mirando la televisión Haberturk? El subtítulo, ¿lo puedes leer? Él nos está insultando… Debemos hacer lo necesario, Fatih, ¿entendido? »

«Por supuesto, señor Primer Ministro.»

En otra conversación, Erdogan está fuera de quicio tras la lectura de un artículo en la versión papel de Habertürk, sobre la discapacidad grave de un niño víctima de negligencias médicas. El título del artículo vuelve a poner en duda uno de los credos del primer ministro, a saber, su pretendida revolución sanitaria: «¿Entró supuestamenteTurquía en una nueva era en materia de salud? «.

El primer ministro montó en cólera. Los teléfonos se calentaron. Varios periodistas fueron despedidos. Pero, curiosamente, entre los periodistas víctimas de la represión, falta el autor del artículo. El sobreviviente de la purga erdoganiana se llama Ceyda Erenoglu. Descubrimos que ella es la cuñada de Fatih Altayli, el director del canal (2).

Una tercera grabación telefónica pone en evidencia los vínculos jerárquicos entre Bilal Erdogan, hijo del primer ministro y el mismo Fatih Altayli.

Se escucha a Bilal Erdogan dando instrucciones a Fatih Altayli a través de Fatih Saraç, sobre la manipulación de las cifras en el marco de una encuesta sobre intenciones de voto.

Erdogan Júnior pide aumentar las intenciones de voto para el AKP, el partido de su papá y reducir las atribuidas al Partido de acción nacionalista (MHP), el partido de extrema derecha.

Propone robar unos porcentajes de las intenciones de voto atribuidos al MHP y a los que no tienen opinión, con el fin de añadirlos al partido kurdo BDP.

Una vez la misión cumplida, Fatih Saraç rinde cuentas a Bilal, el hijo de Recep Tayyip Erdogan.

Tras la publicación de esas «Erdogan Leaks», el famoso periodista Fatih Altayi reconoció la autenticidad de los registros telefónicos.

En cuanto al primer ministro, se mantiene en sus trece descaradamente.

Como buen dictador, ha declarado: «Sí, llamé desde Marruecos e hicieron lo necesario», ha respondido a sus detractores. (3)

Desde que este caso saltó a la luz, «Aló, Fatih» se ha convertido en una de las palabras irónicas y guasonas de una población exasperadas por la censura y la represión.

Notas a pie de página :

(1) http://www.cinergroup.com.tr/

(2) Oda TV, 7 de febrero de 2014 

(3) Ragip Duran, Libération, 19 de febrero 2014.

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