Fuente: Crónica Digital
Hoy (03/06/2014) se lleva a cabo la elección presidencial en Siria, en un acto estipulado por la Constitución de la República Árabe Siria. Es el derecho de ejercerlo por la autodeterminación de un pueblo para iniciar el camino a la reconstrucción. El gobierno Sirio ha hecho un enorme esfuerzo para que el proceso electoral se desarrolle con transparencia y tenga todos los requisitos de legitimidad. Son más de 200 los medios de comunicación que se encuentran en Siria, además de 70 equipos de televisión para cubrir las elecciones. Más de diez millones de personas están habilitadas para votar el próximo martes.
Las elecciones se realizan en conformidad con la Constitución cuyo antecedente clave consiste en que una gran mayoría de sirios se encuentran en las zonas controladas por el gobierno sirio. Las zonas que no están bajo el dominio del ejército Sirio se encuentran más despobladas. Es el escenario de la desolación demográfica por el abandono masivo de población huyendo como una estampida de la agresión a través de la espuria mezcla de efectivos militares que dicen llamarse rebeldes con terroristas en un proceso de infiltración por las fronteras bajo la anuencia de los países empeñados en derrocar al gobierno.
Los candidatos que lograron los requisitos para postular aparte del actual presidente Bashar al –Assad son, Hassan Abdullah al- Nouri, miembro de la Iniciativa por la Administración y el Cambio en Siria y el legislador Maher Haijar, ex miembro del Partido de la Voluntad Popular, y que estuvo en la oposición al gobierno. Hubo 21 postulantes a candidatos que no lograron los requisitos, aunque demuestra el entusiasmo por una democracia amplia.
La constitución de Siria permite que los sirios residentes en el exterior voten anticipadamente para que sus votos se integren al escrutinio nacional del 3 de junio. Alemania, Bélgica y Francia se opusieron a que los sirios residentes votaran en las embajadas de Siria. Aún así, el vicecanciller Sirio al-Mekdad señaló que las elecciones se produjeron en 43 embajadas, y el porcentaje de participación alcanzó 95% de los ciudadanos que fueron registrados ante estas embajadas.
En una declaración fiel a la política del gobierno de François Holland, de no ceder al plan de derrocar al gobierno e impulsar la actividad terrorista, el portavoz de la cancillería francesa, R. Nadal, señaló a los medios que la Convención de Viena permite estas restricciones, asignándole al presidente Bashar al -Assad “la responsabilidad de una represión que ha causado 150.000 muertos” (El Mundo. 31 de mayo, 2014), demostrando en su declaración el carácter agresivo de los que alientan derrocar al gobierno Sirio. El gobierno francés no puede declarar inconstitucional al gobierno Sirio en circunstancias que Siria ha sido intervenida militarmente por fuerzas armadas externas, principalmente terroristas, en un plan de derrocar al gobierno en el cual Francia participa contraviniendo la Carta de la ONU.
Si el Consejo de Seguridad de la ONU estuviera haciendo efectivamente el papel que le corresponde, declaraciones como las de la cancillería francesa sería materia de reprobación. Sin embargo el Consejo de Seguridad es por cierto uno de los órganos responsables de que el conflicto en Siria se haya prolongado. Como contra medida, muchos residentes sirios en los distintos países donde fue prohibido sufragar, desarrollaron su propio ejercicio electoral.
El mensaje del portavoz de la cancillería francesa se une a las declaraciones de otras autoridades que han estimulado la actividad terrorista frente al escenario de una población siria estimulada por la elección. Ciertamente las organizaciones terroristas que han traspasado la frontera especialmente desde Turquía y Jordania intentarán desvirtuar el proceso electoral. En una nota del 28 de mayo, el Washington Post advierte que esta elección y el triunfo más que probable del actual presidente Bashar al –Assad, es para ser tomada en serio y de que el actual gobierno cuenta con un apoyo mayoritario.
No solo eso, la elección ha despertado gran entusiasmo en la población dentro y fuera de Siria, como si se tratara de la consolidación de un triunfo nacional y patriótico más que político. Este es un punto clave. El presidente Barack Obama y el grupo de jefes de estado que lidera para derrocar al gobierno del Dr. Bashar al-Assad, han fallado en reconocer la generación de una nueva situación política en Siria después de tres años de una guerra indeseada por los sirios, menos con el expediente terrorista para derrocar un gobierno. La persistencia en derrocarlo generó la compactación política y social de mayor apoyo al actual jefe de estado y que se verá reflejado en los resultados de la elección del 3 de junio.
La afirmación de Barack Obama del 28 de mayo de 2014, “de que la mirada hacia el conflicto en Siria debe se mas amplia contemplando el desafío de la lucha contra el terrorismo”, es inconsistente con la decisión de continuar enviando armamento a la oposición moderada que ha sido absorbida por la actividad terrorista. Reitera su agresión verbal hacia Bashar al –Assad con frases como, “La dictadura criminal de Assad” (“Murderous Assad dictatorship”), incitando así a mas violencia.
Con el envío de armas Barack Obama aspira a que el gobierno sirio sea derrocado en una victoria militar y expresa ambigüedad por la solución política. Para el presidente de la potencia mundial mayor, en Siria se acaba su postura por la paz y el manejo del liderazgo con innovación, competencia sana y con una seguridad humana para el planeta sin armas, sin guerras, manifestada en algunos discursos. Con Siria, como con el conflicto en Ucrania, no renuncia al mundo unipolar sin equilibrios de poder, en donde predomine la Alianza Transatlántica.
Dentro de sus objetivos por la paz y que desaparezcan los agudos desequilibrios de poder que la amenazan, Naciones Unidas está orientada a que las naciones cumplan con las medidas acordadas por el organismo en la lucha antiterrorista, expresadas en la resolución del Consejo de Seguridad 1373 (28 de septiembre 2001). La aplicación de este instrumento es crucial en la situación de Siria y el organismo no ha sido efectivo en este sentido, situación que ha sido notoria durante el desarrollo del conflicto. Persiste la gran interrogante respecto a la prolongación del conflicto asociada al financiamiento del terrorismo en Siria y el origen de la liquidez disponible para implementarlo.
El gobierno Sirio con visión política ha decidido llevar adelante esta elección porque una mayoría de sirios dentro y fuera de Siria considera que es el paso decisivo para terminar la guerra y proteger su república.
La historia recordará la intervención extranjera que sufre Siria en los últimos tres años, como el error en política internacional más grave después de la guerra en Vietnam para impedir su unificación. Más grave que la invasión a Irak en 2003 sin autorización de Naciones Unidas, emprendida unilateralmente. El error de intervenir en Siria es mucho más grave porque consiste en el derrocamiento del gobierno bajo el expediente de utilizar una fuerza militar de origen externo que cobijó a la actividad terrorista como en ninguna otra operación militar de que se tenga memoria en los anales de la política internacional.
Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Turquía, Arabia Saudí, Catar e Israel deben asumir la responsabilidad de haber conducido el plan al actual estado de situación. Los países que han impedido a que el terrorismo que afecta a Siria sea discutido en el Consejo de Seguridad, son aquellos que más han incitado a que se continúe violando la resolución 1373 y que seguramente no reconocerán los resultados de la elección del 3 de junio.
Por Francisco Coloane. Colaborador de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 3 de junio 2014
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