Continúan los enfrentamientos en el sur de Libia y muy especialmente en Sabha, la capital del Fezzan a unos 800 km al sur de Trípoli.
Ayer los libios que habían salido de la ciudad para visitar a sus familias u otros menesteres se encontraron la carretera al Wadi Shati y la carretera a Ubari cerradas con piedras lo que les impedía regresar a sus casas o salir de la ciudad.
Según un testigo presencial, esta técnica la usan de manera que si alguien cruza las piedras sabe que puede recibir una ráfaga y morir en el momento.
Un libio debía regresar a su casa con su familia y al encontrarse la barrera de piedras se vio obligado a buscar alguna forma de sortearlas hasta que se tuvo que internar en pleno desierto las granjas (nosotros llamaríamos oasis) que ahora con la inseguridad han levantado paredes a su alrededor. Tardó muchas horas en lograr llegar a su casa, apagando las luces de su coche, llamando a puertas para que le abrieran barricadas, etc. y sabiendo que en cualquier momento podían dispararle.
Estamos tan acostumbrados a escuchar situaciones de este tipo que las vemos como una película, pero si nos paramos a pensar lo que esta persona sintió y el riesgo que corría mientras escuchaba las bombas y disparos en la ciudad. Sabiendo que cada estallido está dando muerte, sufrimiento, destrucción.
Recordemos que todo esto está promovido y alimentado desde occidente, que las armas se fabrican en occidente.
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