El PP y su guerra sucia contra Venezuela
No hay nada insólito cuando de intolerantes y obcecados trata el asunto. Tampoco noticias como ésta puede sorprender a alguien que tenga puestos los pies en la tierra. Resulta, pues, que el ultraconservador, corrupto y cuestionado Partido Popular (PP) español le acaba de conceder el nada meritorio II Premio Oswaldo Payá a la coalición Mesa de la Unidad Democrática de Venezuela (MUD), a la cual –ignorando de un plumazo al pueblo venezolano-, considera como el «principal impulsor de la democracia y el respeto de los derechos humanos» en esa nación.
Los halagos desmedidos a la MUD y a su secretario general, Ramón Guillermo Aveledo, no son casuales. El PP siempre ha sido un enconado enemigo y detractor de la Revolución Bolivariana. Para el PP los alabarderos de la añeja, discriminatoria y excluyente IV República, son hoy por hoy los únicos representantes de la democracia y los derechos humanos, desde luego, a tenor con la doctrina de los más empecinados ideólogos del capitalismo.
El pensamiento de la MUD nunca entrañará apego real a la soberanía nacional, ni es garante de un futuro próspero para cada venezolano, salvo para la oligarquía.
No ocultó el PP durante el anuncio del premio su alineamiento con la derecha venezolana, particularmente con aquellos partidos de corte fascista que integran la MUD, tales como Primero Justicia y Voluntad Popular.
Si quedara un ápice de decoro en Aveledo, jamás aceptaría un premio que distinguió a un mercenario fallecido, usado como dudosa bandera, y proveniente de una organización catalogada de corrupta y encargada de sumir al pueblo español en una profunda crisis económica y social, donde priman el desempleo, el aumento de los índices de pobreza y exclusión social. Aceptarlo, significaría compartir los mismos ideales de una democracia perversa.
¿Ignorará Aveledo y los señores miembros de la MUD cómo el PP ha visto detenidos por corrupción a muchos de sus dirigentes, tal como ocurrió desde 2009? ¿Ignorará también que el PP ha sido un ferviente patrocinador de los planes desestabilizadores contra naciones como Cuba y su propia nación?
El PP ha sido un agente del injerencismo descarado contra Cuba y Venezuela. Aún es recordado cómo el CNE venezolano le negó acreditación como observador político y expulsó del país, en febrero de 2009, al provocador eurodiputado español y pichón de franquista Luis Herrero, quien osó intervenir en los asuntos internos del país cuyas elecciones pretendía observar.
Asimismo, el PP se encargó de manipular el resultado de las elecciones de abril del 2012, propalando rumores sobre inexistente fraude e incitando a la desobediencia social en Venezuela, nada menos que por boca de la secretaria general popular, María Dolores de Cospedal.
Esa misma labor de desestabilización la realizó el eurodiputado Agustín Díaz de Mera, invitado por la MUD, en una misión de acompañamiento para vigilar las elecciones venezolanas y quien trató a toda costa de impostar la matriz de opinión relacionada con un triunfo de Henrique Capriles y de un fraude de las fuerzas bolivarianas.
El PP, en este caso, empleó a Díaz de Mera, ex jefe policial y difusor de falsedades sobre la participación de ETA en los fatídicos atentados del 11.M.
Sin embargo, la principal responsabilidad del PP ha estado relacionada con su apoyo incondicional a los elementos golpistas, tanto en el 2002 –cuando José María Aznar apoyó el golpe de estado del 2002, contra el Comandante Hugo Chávez-, como en la continuada incitación y apoyo a las facciones fascistas dentro de la MUD en la actualidad.
Aún quedan recuerdos de la implicación de José María Aznar, apoyando a dirigentes derechistas como Julio Borges, presidente de Primero Justicia (PJ); Omar Barboza, de Un Nuevo Tiempo (UNT) y Luis Ignacio Planas (COPEI), en la sede de la FAES, en febrero de 2012, tal como lo denunció Pérez Pirela en Cayendo y Corriendo, transmitido por VTV. También se puso al desnudo la red de ataque ideológico “Europe-Cuba NGO Network”, integrada por una red de ONGs que sirven de tapaderas a los servicios de inteligencia imperiales y a partidos europeos de extrema derecha.
El estercolero fascista de la derecha venezolana, santurrona e hipócrita, tiene un nuevo premio a su indignidad. En el mismo se expresa tácitamente un espaldarazo a los planes fascistas contra el pueblo venezolano, el más turbio y descarado injerencismo, así como un nuevo capítulo del ataque ideológico contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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