Fuente: spanish.larouchepac
16 de enero de 2015 — Las mismas facciones de Londres y Wall Street que están llevando al mundo a la guerra con sus provocaciones a Rusia, están desplegadas para desestabilizar o derrocar al gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, una firme aliada del grupo BRICS, y que tiene programada una visita de Estado a China a principios de febrero.
El 14 de enero, Aberto Nisman, el fiscal especial a cargo de la investigación de los bombazos de 1994 en Buenos Aires en contra del centro de bienestar social judío, AMIA, presentó una demanda en contra del Ministro de Relaciones Exteriores de Fernández, Héctor Timerman, contra personal del Secretariado de Inteligencia (SI), legisladores y muchos otros, acusándolos de «conspiración criminal». Alega que encubrieron y protegieron a los nueve iraníes acusados de complicidad en el bombazo.
Nisman acusa a la Presidenta argentina de «fabricar la inocencia de Irán», y exige que se le interrogue de inmediato, que se le embarguen los 20 millones de pesos de sus bienes declarados, con castigos similares para Timerman y otros. Nisman alega que Fernández de Kirchner personalmente se alió «geopolíticamente» con Irán y protegió a los iraníes acusados a cambio de lucrativos acuerdos de petróleo por granos, lo que, en realidad, nunca ocurrió.
Esta claro que este ataque tiene menos que ver con Irán y todo que ver con el nuevo alineamiento global de las naciones del BRICS y sus aliados, y los acontecimientos específicos y los acuerdos de cooperación económica que Cristina Fernández firmó con estas naciones, que han ayudado a neutralizar la guerra financiera que libran en contra del país los buitres extranjeros. Los acuerdos sobre energía de Argentina con Rusia y China son particularmente ofensivos para los maltusianos del imperio.
Hay que tener presente que el grupo pantalla de los fondos buitre, American Task Force Argentina (ATFA), financiado por el especulador multimillonario Paul Singer, ha atacado a la Presidenta de Argentina por su alianza con Rusia y China a la vez que insiste en que la Presidenta argentina se estaba acomodando con el «terrorista» Irán.
En noviembre pasado, la ONG antinuclear, NPS Global Foundation, llevó a Buenos Aires al criminal de guerra, ex ministro de la Defensa de Tony Blair, Des Browne, para que hablara en un seminario sobre «los peligros» de los acuerdos nucleares de Argentina con las dos naciones BRICS, según informó Tiempo Argentino el 14 de enero.
Los patrocinadores internacionales de Nisman claramente están desesperados. Como lo muestra claramente una de las filtraciones en Wikileaks del 2011, de cables del Departamento de Estado, la investigación de una década de Nisman sobre el bombazo en AMIA, que no ha producido ningún resultado útil, ha estado dirigida paso a paso por la oficina legal de la embajada de Estados Unidos —un frente del FBI— y por el Departamento de Estado, con cuyos funcionarios se ha reunido innumerables ocasiones Nisman en Washington.
Ellos insisten en que Nisman persiga el rastro iraní, como lo hizo la CIA y la Mossad, excluyendo todos los demás indicios. Las acusaciones en contra de Fernández de Kirchner son tan transparentes que resultan ridículos. En declaraciones ante la Radio Nacional, hasta el juez que preside el caso AMIA, Rodolfo Canicoba Corral, dijo que el caso de Nisman está «lleno de irregularidades» y que sus acusaciones «son muy dudosas desde una perspectiva legal». Pero, como lo advirtieron hoy muchos analistas políticos, legisladores y funcionarios del gobierno, la intención es clara: derrocar a la Presidente, informa Tiempo Argentino.
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