Por: Leonor Massanet Arbona
Trípoli antes de la invasión de la OTAN y Trípoli ahora
Las calles de Trípoli se han convertido hoy en un gran río de sangre.
Los mercenarios de Misratah, también llamados extremistas musulmanes o alqaeda etc. Están atacando indiscriminadamente a la ciudad de Trípoli destruyendo casas residenciales, calles, edificios públicos …
Ataques en Janzur, Bab al Azizia, Abu Salim, la carretera del aeropuerto etc.
Cuerpos sin vida se encuentran por las calles de Trípoli, carreteras y calles cortadas por montículos de tierra o camiones de petróleo.
Misratah, dirigida desde occidente se dedica a adiestrar niños y jovencitos desubicados por las guerras, les dan armas, dinero y drogas y los mandan a matar. Les convierten en psicópatas irrecuperables:
Así quedó el aeropuerto de Trípoli tras el ataque de los mercenarios de la OTAN, procedentes de Misratah.
No comprendo como los medios de comunicación llenan sus páginas hablando de football y olvidando el sufrimiento, muerte y destrucción que occidente está llevando a cabo a tan solo una hora y media de avión desde Madrid.
Testigos presenciales dicen continuamente que hay muchos españoles mercenarios luchando en la invasión.
Los libios no hacen más que decir que después de tres años ya no pueden más. Las secuelas físicas y psíquicas que está produciendo esta invasión es un ejemplo clarísimo de la insensibilidad y perversión de los responsables de esta agresión. Tal como están haciendo aún en Irak, o en Afganistán, o en Mali,…
Desde mi perspectiva y siguiendo los acontecimientos creo que están siguiendo estrategias de destrucción de todo el país y muerte a cuantos más libios mejor hasta que no quede nada más que tierra y luego entraran triunfantes, mataran a los mercenarios que ellos mismos han metido y dirán al mundo que han “liberado” el país de los terroristas y de la dictadura. Me recuerda cuando los médicos en la edad media mataban a un paciente y decían “ha muerto sano”, también me recuerda el comportamiento de los señores feudales con los vasallos que vivían fuera del castillo sin ningún derecho. La historia se repite y solo cambian los protagonistas y los escenarios.
Matan a las personas como si fueran mosquitos que les molestan, torturan, destruyen. El plan de invasión y destrucción que están llevando a cabo muestra claramente empatía cero al resto de la humanidad.
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