Stella Calloni
29 de enero, 2014
La cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que inicia este martes en La Habana, Cuba, y a la que concurren 33 jefes de Estado y de gobierno, enfrentó en los últimos tiempos una verdadera guerra sicológica en el intento de separar a los países hermanos con una serie de informaciones falsas e insidiosas y para tratar de impedir su desarrollo en la isla caribeña, maniobra que fue derrotada por la voluntad de integración, como la única posibilidad de avanzar hacia un futuro cada vez más independiente y soberano.
Esta cumbre que se plantea la consolidación de logros alcanzados, la decisión de encontrar caminos urgentes hacia las soluciones sociales que permitan dejar atrás la tragedia de la pobreza estructural, y la nueva, ambas consecuencia de la intervención, injerencia y dominación, con su esquema de explotación y de los nuevos pobres arrojados a los inmensos arrabales de nuestro continente en la marea neoliberal de los años 90. Pero también consolidar la integración real, creando una zona de paz y desarrollo integral, sin injerencia externa.
Una propuesta concreta de Cuba, que ejerce la presidencia protémpore, lo que se decidió en la Primera Reunión en Santiago, Chile, el 27 y 28 de enero de 2013, estará en la mesa de la Celac para llegar a concretar la creación de un territorio de paz en toda la región.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, estuvo al frente de un sólido trabajo de preparación, análisis, propuestas. Para lograr la creación de un territorio de paz en la región deberá debatirse el papel de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) en su actual tarea de llevar adelante la política de guerras coloniales del imperialismo y sus asociados, que se aplica en países de Medio Oriente, África, y Asia y que llevó a militarizar el Atlántico Sur.
La invasión y ocupación de países como Afganistán, Irak, Libia, ahora Siria y otros estados está destinada al escandaloso robo de recursos naturales, como se está demostrando en esas regiones devastadas.
Por todo esto es tan importante esta reunión en lo que significa el compromiso de llevar a la práctica los acuerdos de profundizar la recuperación social, cultura, ambiental, los proyectos económicos conjuntos y otros como la forma activa de defender unidos los recursos de la región, entre otros temas.
Es el momento de las grandes decisiones para elegir entre un desarrollo y crecimiento soberano para el bienestar de los pueblos, y la defensa de todos los derechos de éstos, entre ellos el de una información veraz y en función de los proyectos de paz y lo que intenta imponer el poder hegemónico, que apoyando otros tipos de Alianzas en la región, totalmente supeditados a sus intereses, introduce obligatoriamente los Tratados de Libre Comercio, en función de un proceso recolonizador, que las poblaciones rechazan.
Ahora se agrega como defensa soberana, después de las revelaciones sobre el espionaje mundial de Estados Unidos y el uso de Internet para la vigilancia, espionaje global, control de recursos, guerras coloniales tardías, pero de una violencia fascista que creímos superadas. Debemos elegir entre el sometimiento a estos proyectos destructivos que dejan tierra arrasada y millones de víctimas como objetivo final y la acción conjunta de nuestros países contra todas las actividades de una Guerra Cibernética que se nos aplica solapadamente.
Se trata de una verdadera puja entre la dictadura mediática mundial que se nos ha impuesto y el proyecto liberador de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), para independizarnos de Estados Unidos en materia comunicacional, para lo cual varios países han avanzado con cables submarinos (caso Venezuela-Cuba ) o los satélites como el recientemente lanzado al espacio por Bolivia, o el Simón Bolívar en Venezuela y los trabajos que se están realizando en Brasil junto con Argentina, como se decidió recientemente en una reunión de los ministros de Defensa de ambos países para asegurar la independencia que propone una integración emancipatoria y la verdadera defensa nacional. Hay muchos temas claves para el futuro de la región.
Caso Malvinas y la paz
Sin embargo, habría que detenerse en la decisión de convertir a la región en una extensa y ejemplar zona de paz. En esta cuestión es necesario evaluar todo lo que se ha hecho a nivel de las organizaciones integracionistas regionales, en apoyo del derecho de Argentina a recuperar las islas Malvinas, situadas a poco más de 400 kilómetros de la costa marítima de este país y a más de 14 mil de la nación ocupante en este caso Gran Bretaña (desde 1833 hasta la fecha) que no está dispuesto a cumplir con las resoluciones de la Organización Naciones Unidas (ONU) sobre descolonización.
Lo más grave es la instalación a mediados de los años 80 de la base militar británica Mount Pleassant en la isla Soledad de ese archipiélago, y que figura ahora en los mapas extendido que tiene la OTAN, ilegalmente. Además Gran Bretaña ha continuado adelante con la llegada de empresas y plataformas para exploraciones petroleras y otras a pesar de la resolución de la ONU que ordena no avanzar en este caso sobre la región y dirimir el conflicto en negociaciones para la definitiva descolonización.
No sólo maniobras militares amenazantes realiza el Reino Unido, sino que hay que destacar informes de medios especializados de Estados Unidos que mencionan que la empresa estadunidense Devon Energy Corporation, que lidera la extracción de gas esquito se unió a la británica Falkland Island Oil Co. para trabajar conjuntamente en la exploración de hidrocarburos en las Malvinas, lo que se iniciaría en 2015 con la primeras perforaciones.
Esto pondrá Argentina ante dificultades ya que recientemente firmó un acuerdo con la empresa Chevron por 300 millones de dólares para trabajar en los yacimientos de Vaca Muerta en el sur. A su vez, tanto el Departamento de Estado estadunidense como las ONG de esa nacionalidad Resources for the Future y Environmental Defense Fund aparentemente defensoras del medio ambiente están impulsando la extracción de gas esquisto y agua en Argentina.
Esto viola leyes del propio Congreso argentino que ha aprobado una ley que penaliza a todos aquellos países o empresas que participen en asociación con las empresas británicas en emprendimientos en Malvinas, o que intenten invertir directamente en el archipiélago argentino, bajo ocupación británica.
Si todo esto no fuera de hecho grave, en algunos círculos mediáticos londinenses se comentó que durante la última visita a Londres del secretario de Estado estadunidense, John Kerry, en sus intercambios con el primer Ministro David Cameron y el canciller del Reino Unido, William Hague, se habría acordado que Washington no se pronunciara “públicamente” en apoyo a la ocupación británica de las islas pero en cambio trabajaría para bloquear cualquier acción de Argentina ante organismos internacionales. De la misma manera debe proceder Washington secretamente para detener cualquier demanda en favor de Buenos Aires o que intenten la aprobación de resoluciones contrarias a los intereses de Londres.
La propuesta de Kerry a su vez tiene que ver con el incremento de acciones conjuntas con Gran Bretaña en las islas, como maniobras militares “disuasivas”, inversiones como las anteriormente mencionadas y visitas de funcionarios, especialmente militares a las islas. Es un tema que también se deberá investigar en función de una zona de paz, así como la existencia de bases militares de Estados Unidos, centros operativos y oficinas de inteligencia, así como tropas de Estados Unidos que están en la región. De la misma manera se debe actuar contra cualquier tipo de injerencia externa que amenace la paz..
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