8 de febrero, 2014
Semanario Serbio
Lo que los medios unánimemente suelen bautizar como “primavera” ha empezado en Bosnia en pleno mes de febrero. Ignorando esta evidente incongruencia, nos centraremos en otro aspecto erróneo de sus informes que estos días llegan de Bosnia.
Aprovechando el objetivo y más que justificado descontento de la población debido a alta tasa del paro, corrupción reinante en la administración estatal, empobrecimiento generalizado de la población, los “cambiadores de los regímenes no democráticos” han empezado el juego que han llevado al cabo en los países árabes con las irónicamente denominadas “primaveras árabes” Todos sabemos que paz y prosperidad estas trajeron allí, el mismo resultado espera a Bosnia.
La sorpresa es que las revueltas empezaron en la parte croato-musulmana de Bosnia. Debido a las elecciones de este año en la Republica Serbia de Bosnia, esperábamos que la “revolución colorada” iba a empezar en Banja Luka con la intención de derrocar al presidente Dodik cuya política independiente y cuya defensa de la autonomía de la entidad serbia suponen el mayor escollo para los colonizadores de Bosnia en su intento de “democratizar” el país. Últimos acontecimientos demuestran que toda la Bosnia está prevista para los bruscos cambios que la esperan en el futuro próximo.
Republica Serbia de Bosnia, abandonada a su suerte por el “gobierno proeuropeo” de Belgrado, resultara acusada de estancamiento de toda Bosnia y se verá expuesta a tremendas presiones que sola, difícilmente podrá superar y que podrían culminar con su desaparición, quizás no formal pero si efectiva.
Bosnia en su conjunto, debido tanto a la ceguera política como a la tremenda facilidad de encontrarse allí la gente que por “dos duros” están dispuestas a alistarse al ejercito de invasores de su propio país, tendrá un brillante futuro de colonia económica ocupada por la OTAN.
El cuento de hadas vendido a sus ciudadanos de que todo empezará a ir bien una vez sustituidos los políticos actuales al final será solo esto, un cuento de hadas en el que un grupo de los supuestos activistas civiles ganarán una calderilla pero la inmensa mayoría de la población seguirá pobre, desempleada y descontenta.
Cada similitud con manifestaciones en Ucrania y con los escenarios escritos según los pensamientos de Zbigniew Brzezinski es más que evidente y por lo tanto innegable.
Cuando un ateo tiene que pronunciar la frase “Que Dios nos ayude”, se pueden hacer una idea con que optimismo veo el futuro..
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