Las organizaciones «humanitarias» contribuyeron de forma fundamental en la limpieza étnica en Libia
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Amnistía Internacional empezaba pronto a caldear el ambiente en Libia el año 2011, y no tardó en acusar al Gobierno libio de cometer masacres y atrocidades contra su propia población.
La organización ha sabido que al menos 46 personas han muerto por los disparos de las fuerzas de seguridad en las últimas 72 horas.
Fuentes del hospital al-Jala de Bengasi han dicho hoy a Amnistía Internacional que las lesiones más frecuentes que presentaban los pacientes atendidos en el centro eran heridas de bala en la cabeza, el pecho y el cuello.(1)
Y continuaban:
«Este alarmante aumento en el número de muertos y los informes sobre el tipo de heridas que presentan las víctimas, indican a las claras que se está permitiendo a las fuerzas de seguridad utilizar medios letales contra manifestantes desarmados que piden cambios políticos”, ha dicho Malcolm Smart, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
«Las autoridades libias deben refrenar de inmediato a sus fuerzas de seguridad. Los responsables de homicidios ilegítimos y uso excesivo de la fuerza, tanto si son los autores directos como si han dado las órdenes, deben ser identificados y puestos a disposición judicial.”
Fuentes del hospital al-Jala han informado de 28 víctimas mortales en las protestas de ayer en Bengasi, donde resultaron heridas más de 110 personas. En las protestas de hoy han muerto al menos tres personas más.
Según los informes, ayer, en las protestas del “Día de la Ira” en la ciudad de Al Baida, a 100 kilómetros al este de Bengasi, murieron al menos 15 personas.(1)
Amnistía suele hablar de fuentes, testigos, pero no suele aportar ninguna prueba. Acusaba a las fuerzas de seguridad de graves crímenes sin la más mínima evidencia, aunque esto no era ningún problema para que precisamente la maquinaria de desinformación y propaganda comenzase a funcionar. Los medios de comunicación corporativos difundían masivamente la «información» de Amnistía Internacional:
Las organizaciones de derechos humanos Human Rights Watch y Amnistía Internacional están actuando de portavoz de lo que ocurre en el país, bajo un régimen dictatorial desde hace 42 años. HRW maneja la única cifra con cierta vitola de oficialidad: 233 muertos y un millar de heridos. Pero la cifra podría ser más alta. Fuentes de un hospital de Bengasi han asegurado a Reuters que, sólo en ese centro sanitario, son más de 300 los fallecidos y la FIDH ha dicho que la cifra de muertos se sitúa entre los 300 y los 400.(2)
¿Qué había de cierto en ello? ¿Las fuerzas de seguridad mataban a los manifestantes con medios letales? Los hechos dicen cosas bien diferentes a las que divulgaba Amnistía y otras organizaciones similares a ella, como Human Rights Watch o FIDH:
El ejército ruso con su detección vía satélite también confirmó que no habían sucedido estos incidentes ampliamente divulgados por los medios en Europa occidental y en EE.UU., junto a la televisión catarí Al Jazeera (en manos de los dictadores de Catar que estaban muy interesados en la caída de Gadafi y también ahora en la de Assad en Siria):
Los informes sobre Libia movilizando su fuerza aérea contra su propia gente se han extendido rápidamente a lo largo del mundo. Sin embargo, jefes militares de Rusia dicen que ellos han estado controlando desde el espacio –y las imágenes muestran una historia diferente. De acuerdo a Al Jazeera y la BBC, el 22 de febrero el gobierno libio lanzó ataques aéreos sobre Bengasi –la ciudad más grande del país- y sobre la capital Trípoli. Sin embargo, el ejército ruso, controlando la revuelta vía satélite desde el mismo comienzo, dicen que nada de eso estaba ocurriendo sobre el terreno. En este punto, el ejército ruso esta diciendo que, por lo que respecta a ellos, los ataques que algunos medios de comunicación estaban comunicando no han ocurrido nunca.(3)
Pero no solo era el ejército ruso quien tenía evidencias de que tales sucesos no ocurrían, sino que también lo ratificaban, la inexistencia de ninguna prueba, los propios miembros de la Administración estadounidense. El Secretario de Defensa Robert Gates tenía que reconocer:
Nosotros hemos visto los reportajes de prensa, pero no tenemos confirmación de eso.(4)
El almirante de la Junta de Jefes de Personal lo confirmaba:
Eso es correcto. No hemos visto confirmación en absoluto.(4)
Los testigos presenciales también negaban tales hechos.(3) Pero bastaban los rumores inventados con no buenas intenciones para que todo este entramado de mentiras de las organizaciones humanitarias y los medios de comunicación se pusiese en marcha. Y la gente lo creyó, lo que demuestra el grado de vulnerabilidad y de falta de información de los ciudadanos occidentales. Sobre otras fuentes con intereses similares a los de Amnistía tenemos:
Human Rights Watch, les recomiendo este informe:
Human Rights Watch: cuando los derechos humanos son utilizados con otros fines. Sobre la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) financiada por las corporaciones:
fidh (lo han quitado de su página posteriormente),
color revolution. Sobre Reuters y sus falsificaciones con los medios de comunicación:
Siria,
La bandera de Siria.
La realidad,como de costumbre, era bien diferente a la pintada por estas organizaciones y medios de comunicación.
La realidad muestra que los «manifestantes» eran en realidad insurgentes fuertemente armados que arrasaron secciones enteras de las paredes de hormigón armado de una base militar de Bengasi, y después se hicieron con el control de artillería pesada y de vehículos blindados antes de apoyar a los rebeldes armados en las ciudades y pueblos cercanos.(5)
La situación de las protestas en Libia era muy similar a la que ocurriría en Siria. Zonas de presencia de extremistas islámicos que tenían ya larga experiencia en la yihad: desde Afganistán y que después participarían en Bosnia y en Irak. Ver este informe sobre lo que sucedió en Siria:
Las revueltas en Siria.
Las revueltas en Libia y en Siria fueron llevadas a cabo desde su mismo origen por los extremistas islámicos, que eran apoyados por el poder occidental para derrocar a dos gobiernos a los que les tenían ganas.
El New York Times informó que estaban llegando armas [a los «rebeldes»] a través de la frontera con Egipto, mientras los portavoces de los gobiernos de EE.UU y Gran Bretaña llamaban para aportar más armas y entrenamiento a los rebeldes. El último informe del New York Times: «Los rebeldes libios dijeron que debatían buscando ataque aéreos de la ONU», muestra imágenes de los insurgentes recibiendo entrenamiento militar, sugiriendo además que el levantamiento es el resultado de otra operación militar del NFSL [Frente Nacional para la Salvación de Libia] más que una «espontánea» protesta que se volvió violenta. (5)
Aquí se ve el papel del poder occidental y también el interés en quitar a Mubarak, que ya en el pasado se había opuesto a una invasión a Libia, para poner a los Hermanos Musulmanes, que más tarde colaborarían no solo en el ataque a Libia, sino también a Siria.(5), (6) Además de mostrar la verdadera naturaleza de las revueltas en Libia, que como en Siria, no fueron pacíficas ni desde su origen, y a sus verdaderos actores y promotores.
Curiosamente, el artículo del New York Times muestra la zona impuesta de no vuelo por la ONU como una oportunidad para de una forma atacante inutilizar las fuerzas de Gadafi y quitarle del poder. Sabiendo que las «atrocidades» que supuestamente cometió Gadafi nunca ocurrieron y que EE.UU. ha estado intencionalmente utilizando la propaganda de guerra para asegurar otro levantamiento del NFSL no fallase, podemos asumir que la intervención atacante fue el plan de los globalistas desde el principio.(5)
Los verdaderos objetivos e intenciones de las revueltas en Libia y de la «Primavera Árabe» estuvieron claros desde el principio para cualquiera con unos mínimos conocimientos de política y economía del mundo, no para la mayor parte de la población occidental, que vive alejada de los sucesos gracias a la labor de desinformación de los medios de comunicación corporativos. Medios que ayudan a que sus amos de las corporaciones se lucren con estas guerras coloniales, mediante la justificación del ataque militar y del somentimiento y saqueo posterior de los países que no obedecen al poder económico de occidente.
El Frente Nacional para la Liberación de Libia nunca había buscado la liberación de este país, bien al contrario, buscaba la recolonización de Libia, y llevaba años en ello.
…el Frente Nacional para la Salvación de Libia (FNSL), cuya base estaba en Chad, organizado y entrenado por los servicios de inteligencia de EE.UU., Inglaterra e Israel y financiado por EE.UU. y Arabia Saudí, entre otros. Este grupo intentó matar a Gadafi en 1984 y también quiso llevar a cabo una invasión de Libia, a la que se opuso Mubarak, el presidente egipcio, en 1985. El FNSL fue parte de la Conferencia Nacional para la Oposición Libia que tuvo lugar en Londres en 2005 y realizó en 2007 su congreso nacional en EE.UU. (6)
Pese a todo ello y a que las evidencias eran claras, Amnistía Internacional iba a lo suyo, a desacreditar, hacer odiar e indignar a la población occidental contra el Gobierno libio mediante acusaciones falsas.
Amnistía Internacional ha pedido hoy al dirigente libio Muamar al Gadafi que refrene inmediatamente a sus fuerzas de seguridad, tras los informes según los cuales se están utilizando contra los manifestantes ametralladoras y otras armas y la cifra de muertes se ha disparado en Bengasi, Misrata y otras ciudades.
”Parece que el líder libio ha ordenado a sus fuerzas que sofoquen las protestas prácticamente a cualquier precio, y ese precio lo están pagando los libios con sus vidas.”
El sábado, según los informes, las fuerzas de seguridad dispararon con fuego real contra miles de personas que se habían congregado ante un edificio de la Guardia Revolucionaria al regresar del cementerio y que gritaban consignas contra el gobierno y llamaban a los guardias “asesinos”, exigiendo que se fueran de Bengasi. Según los informes, murieron 20 personas. Muchas otras que resultaron heridas fueron evacuadas al hospital al-Jala y a otros centros hospitalarios de Bengasi.(7)
Otra vez más, las «informaciones» de Amnistía sin ir acompañadas de pruebas, «informes» que se inventan, que no son contrastables, que no estaban ni están basados en ninguna evidencia. Todo esto tiene el motivo comentado de fomentar la indignación en el público de Europa y de Estados Unidos, para así crear la justificación que tanto deseaba el poder económico occidental para el ataque militar extranjero contra Libia y derrocar al Gobierno de la Yamahiriya. De este modo, los atacantes exteriores se harían con los recursos de Libia y con su rico y saneado banco, pero especialmente podrían eliminar al gran rival panafricano, Gadafi, que se oponía a una nueva recolonización del continente africano y que buscaba crear una moneda y un mercado económico propios en África.
Amnistía, ya iniciada su campaña, no paraba, sino que iba a más, pedía el embargo de armas al Gobierno libio, pero no lo pedía para los «rebeldes» (los extremistas islámicos financiados), que como hemos visto no solo recibían armas, sino que eran entrenados y financiados por los gobiernos estadounidenses y europeos, junto con las dictaduras catarí y saudí. En un ejemplo típico de guerra colonial utilizando mercenerarios.
Amnistía Internacional también ha pedido al Consejo de Seguridad de la ONU que imponga un embargo total de armas a Libia, tras tenerse noticia de que las fuerzas de seguridad del país siguen desplegando toda una variedad de armamento, munición y equipo militar y policial en su uso de fuerza letal contra los manifestantes.
“El coronel Gadafi y su gobierno parecen estar dispuestos a matar a la gente que haga falta para seguir en el poder. La comunidad internacional tiene que actuar ya para acabar con esta situación”, ha dicho Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.(8)
Se trataba de una descarada intromisión y una grosera falsificación de los hechos por parte de la organización «humanitaria» con el fin de debilitar al Gobierno y al ejército libio para que no pudiese parar la yihad que se desataba en la guerra colonial contra Libia. Amnistía tomaba partido claro por un lado, y no precisamente por el que respetaba los derechos humanos. Tal y como luego haría en Siria.(9)
Amnistía contaba con la colaboración de comisionados para los «derechos humanos» en Naciones Unidas, que luego posibilitarían el brutal ataque militar de la OTAN contra el país africano con miles de muertos, en su mayoría civiles.(11)
Navi Pillay, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, manifestó ayer que los actos de las autoridades libias contra los manifestantes pueden constituir crímenes contra la humanidad.
“La comunidad internacional tiene que dejar tajantemente claro que se hará rendir cuentas por crímenes previstos en el derecho internacional, como los que se están denunciando, a toda persona perteneciente al gobierno, al ejército y al aparato de seguridad libios y a quienes ejecuten sus órdenes”, ha dicho Salil Shetty.(8)
Se pedía rendir cuentas para el Gobierno legítimo libio y su ejército, aunque no hubiese nada que los mostrase como perpetradores de crímenes contra la humanidad, pero, en cambio, no se pedía ni se pide lo mismo para la OTAN ni para sus soldados de a pie yihadistas, aunque aquí las pruebas al respecto fuesen contundentes; ver estos enlaces: M.D. Nazemroaya.
NATO Massacres of Civilians Aimed at “Cleansing” the Libyan People’s Resistance. 10.8.2011.
Enlace; Susan Lindauer.
The Ugly Truth: Video of Libyan rebel beheading Gadhaffi soldier and other Nato war crimes. International. 23.6.2011.
Enlace;
Nato war crimes in Libya. Project Censored. Oct. 2012.
Enlace; Bill Van Auken. Libya:
Mass killing and humanitarian disaster in NATO siege of Sirte.
Enlace;
Recording NATO´s war crimes. Enlace; Mikel Itulain.
Justificando la barbarie contra Libia. 16.2.2013.
Enlace.
Un doble rasero muy pero que muy llamativo.
Amnistía en esa parcialidad y altanería que le es propia, debido a su vinculación y dependencia de las corporaciones económicas, de la Administración estadounidense, la británica y la Comisión Europea,(12) ponía exigencias a la comunidad internacional para que actuase en Libia, no solo con palabras, también atacaba a una organización independiente que no controlaban, la Unión Africana, que con sensatez se oponía a cualquier intervención militar y pedía diálogo.
La organización [Amnistía Internacional] ha declarado que la respuesta del Consejo de Seguridad de la ONU es vergonzosamente insuficiente para detener la espiral de violencia en Libia y ha pedido medidas concretas, incluido un embargo de armas y la congelación de bienes, todo ello con carácter inmediato.
El Consejo de Seguridad de la ONU emitió ayer una declaración en la que pide que se ponga fin de la violencia e insta a Libia a actuar con moderación y respeto a los derechos humanos, pero no adoptó medidas sustanciales.
La organización también ha criticado a la Unión Africana, que no ha convocado a su Consejo de Paz y Seguridad para abordar la crisis de derechos humanos de Libia. (13)
Así mismo, pedía que se suspendiese a Libia como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Pero no solo lanzaba estas duras e injustificadas acusaciones, que querían vulnerar la soberanía libia, sino que Amnistía iba a contribuir directamente a un verdadero caso de genocidio y matanzas contra los libios de raza negra.
Amnistía Internacional ha criticado también la respuesta de la Unión Africana a una crisis que se extiende, en la que ya han muerto violentamente centenares de personas y existen informes persistentes de que el líder libio está trayendo mercenarios de otros países africanos para reprimir con violencia las protestas contra él.(13)
G.Garrigos, presidenta de Amnistía Internacional Francia, declaró también en France 24 el 22 de febrero de 2011:
…tenemos informaciones que las tropas enviadas por Gadafi contra los manifestantes pueden haber sido mercenarios extranjeros, con el propósito de acelerar el proceso de represión.(14)
Amnistía dio base a esta campaña infundada que trajo como consecuencia la persecución, mutilación y aniquilamiento de las personas de raza negra en Bengasi y el resto de Libia. (15), (16) También se atacó, a raíz de esto, con tremenda crueldad a los trabajadores extranjeros que estaban en Libia.
«Teníamos 70-80 personas de Chad trabajando para nuestra compañías. Ellos fueron muertos con tijeras de podar y hachas, diciendo los atacantes: ´Tú estás suministrando tropas para Gadafi´. Los sudaneses fueron también masacrados. Nosotros lo vimos por nosotros mismos». (17)
Luego vendrían las rectificaciones de Amnistía respecto a su mentira sobre los mercenarios que venían de otras partes de África, cuando se empezaba a descubrir tal falsedad y estaban quedando muy mal ante las acusaciones que se producían por el racismo y la xenofobia que se extendían por África. Sin embargo, ya el mal estaba hecho y ya no se podía parar, porque los «rebeldes» ya habían ganado el apoyo militar extranjero deseado y las atrocidades continuaron, contra los libios de raza negra o no, los extranjeros y también contra las
mujeres.
No obstante, Amnistía continuaba con su función, en colaboración con comisionados de Naciones Unidas, amenazando con llevar ante la Corte Penal Internacional a Gadafi o sus seguidores. Esto no se planteó contra los fundamentalistas islámicos, gran parte de ellos del Grupo Combatiente Islámico Libio, vinculado a Al Qaeda y que estaba formado por veteranos mujahideen de la guerra de Afganistán, (6), ni tampoco se llevó a cabo contra la OTAN. Y todo a pesar que quienes cometían los crímenes contra la humanidad eran estos, el Gobierno libio en realidad se estaba defendiendo de un ataque de extremistas financiado, armado y entrenado desde el exterior, además de sometido a un cruel y brutal bombardeo de una coalición de países occidentales con ansias de destrucción y saqueo. El mismo presidente de Uganda, Yoweri Museveni, que no mantenía precisamente buenas relaciones con Muamar Gadafi era muy claro al respecto:
Cuando los alborotadores están atacando las comisarías de policía y las instalaciones del ejército con el objetivo de tomar el poder, entonces no son ya manifestantes; son insurreccionistas. Tendrán que ser tratados como tales. Un gobierno responsable tendría que hacer un uso razonable de la fuerza para neutralizarlos. (18.)
Además indicaba que cualquier cambio en el país debe venir del interior, no del exterior, en clara alusión a la presencia de servicios de inteligencia extranjeros, militantes extranjeros y ayuda extranjera en forma de dinero, armas y formación, junto con la brutalidad del superarmamento de la OTAN.
Amnistía, por contra, apoyaba claramente esta intervención colonial extranjera, demonizando y atacando al Gobierno libio, de modo que no pudiera realizar la defensa legítima que indica la ley internacional y el propio presidente de Uganda.
Amnistía Internacional ha instado hoy al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a remitir la situación de Libia a la Corte Penal Internacional e imponer un embargo de armas inmediato. La organización ha realizado esta afirmación con anterioridad a la sesión que iba a tener lugar en Nueva York el 25 de febrero.
«El coronel Gadafi y su cadena de mando deben entender que tendrán que responder de sus actos”, ha afirmado Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional. «Han de saber que tanto la investigación como la acusación ante un tribunal son dos realidades a las que tendrán que enfrentarse.”
«Esto debería servir como toque a rebato para aquellos que dan las órdenes y para los que las cumplen: sus crímenes no quedarán impunes.» (19.)
Este notorio y grave sesgo mostraba el carácter real de organizaciones como Amnistía Internacional, también de buena parte de Naciones Unidas y de las Cortes Penales, pensadas solo para castigar a los enemigos del poder económico occidental.
Estamos ante un caso de libro de texto de un crimen real contra la humanidad, aunque la Corte Penal Internacional está completamente callada, como lo están las voces de la ONU que estaban de forma enérgica aclamando para autorizar la guerra contra Libia ya en marzo de 2011. Silenciosas también están las organizaciones fraudulentas financiadas por la Open Society de George Soros: Human Rights Watch y Amnistía Internacional. La Corte Penal Internacional y el apoyo de una miriada de inverosímiles defensores de derechos una vez más demuestra que son instituciones ilegítimas destinadas solamente a servir a los intereses de Wall Street y Londres de una manera claramente parcial. No es de extrañar que la Unión Africana haya rechazado completamente las decisiones de la Corte Penal Internacional realizadas contra el líder libio Muamar Gadafi o por qué naciones a lo largo del mundo muestran una creciente hostilidad hacia ONGs «independientes» como Human Rights Watch, Freedom House o Amnistía Internacional. No debería esperarse que las naciones permitiesen que tales organizaciones operasen dentro de sus fronteras, cuando en realidad su objetivo no es defender los derechos humanos sino la búsqueda de un predicado para una intervención militar externa en beneficio de los intereses corporativo-financieros de quienes las financian.(20.)
Este texto expuesto de Tony Cartalucci refleja de forma clara la realidad de estas organizaciones humanitarias y su función, no en beneficio de los derechos humanos y de la paz, sino en beneficio económico de sus benefactores, promotores y protectores.
El 17 de marzo de 2011 finalmente se conseguía lo perseguido con tanta presión, una resolución de Naciones Unidas para la intervención militar en Libia, basándose en la excusa de la «responsabilidad para proteger». Los resultados ya los hemos descrito más arriba con los miles de muertos originados por la OTAN. Entonces Amnistía no condenaba los ataques, ni llamaba a parar el alarmante número de personas asesinadas por los ataques que se sucedían, ahora con informes reales y veraces, además de la destrucción que ocurría en el país. Se limitaba a comportarse de una forma que la califica, a pedir que «hay que proteger a la población civil durante la acción militar».(20) A la población civil no se la puede proteger ante semejante ataque militar, lo que hay que evitar es la acción militar, la brutalidad militar que claramente se buscaba para derrocar ese gobierno y volver a convertir a Libia en una colonia, sin importar el precio en vidas humanas, en destrucción y atraso.
“Es fundamental que todas las fuerzas libias, así como todas las demás fuerzas que puedan intervenir en el conflicto, respeten plenamente las leyes de la guerra.”(21.)
Si algo caracteriza a una guerra, y especialmente a una guerra de agresión, como la llevada a cabo contra el país africano, es la ausencia de códigos, de moral y de leyes. Los resultados son elocuentes.
Amnistía no pediría que se llevase a la OTAN, a los mandatarios occidentales o a sus protegidos ante una Corte Penal Internacional, y eso que las pruebas eran abrumadoras y numerosas. Sin embargo, si lo haría con Gadafi, aunque como ocurriera con Milosevic, no tuviera evidencias de supuestos crímenes cometidos, pero no por ello dejaban de dictar sentencia de culpabilidad.
El coronel Gadafi y otros altos cargos del gobierno libio deben ser detenidos y entregados a la Corte Penal Internacional para someterse a juicio por presuntos delitos graves contra los derechos humanos, ha manifestado hoy Amnistía Internacional.
“Las víctimas de los abusos graves contra los derechos humanos y violaciones del derecho internacional humanitario cometidos en Libia durante la brutal represión de las protestas de principios de año en favor de la reforma, y con posterioridad, tienen derecho a obtener justicia” afirmó Michael Bochenek, director de Derecho Internacional y Política de Amnistía Internacional.
“Gadafi y los demás acusados de organizar esta sangrienta campaña represiva deben responder de sus actos.”(22.)
El sesgo y parcialidad de Amnistía en el diferente trato a los contendientes, amen de que si a alguien había que imputar por delitos y crímenes era a los agresores, resultaba una vez más demasiado descarado.
“De no llevarse a cabo la detención y el procesamiento de estos acusados, se transmitiría el mensaje escandaloso de que es posible seguir cometiendo esos crímenes con impunidad” manifestó Michael Bochenek.
“No se puede permitir que nadie eluda la acción de la justicia internacional.”(22.)
El mensaje escandaloso es la impunidad con la que ha operado la OTAN y los miembros de Al Qaeda y afines que han arrasado Libia y continuaron luego en Siria.
Parece que Amnistía sí puede permitir que alguien eluda la acción de la justicia internacional. Nunca ha condenado por crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra o ha llevado ante una corte a la OTAN, al ejército de los Estados Unidos o a sus aliados, y nadie más que ellos ha cometido todo este tipo de delitos. Recomiendo para un breve repaso a esta actuación de Estados Unidos en el mundo la obra que publiqué en 2012: Estados Unidos y el respeto a otras culturas y países.(23.)
Cuando la OTAN comete sus abundantes tropelías, no importa los crímenes horribles que cometa y no importa si lo hacen en Afganistán, Yugoslavia, Libia o en cualquier otra parte, no son crímenes contra la humanidad, no son crímenes de guerra, según Amnistía Internacional.
La OTAN debe investigar las muertes de civiles durante los ataques aéreos en Libia.(24.)
Suena cómico si no fuese tan trágico. El criminal debe investigar sus crímenes y, claro, no ser juzgado.
¿Qué clase de justicia es esta?
Además, buscaba justificación a estas atrocidades, justificaba lo injustificable.
«La OTAN debe tomar todas las precauciones posibles para evitar la muerte de civiles, incluso en aquellos casos en los que las fuerzas de Gadafi estén utilizando instalaciones civiles con fines militares”, ha dicho Hassiba Hadj Sahraoui, de Amnistía Internacional.(24.)
Más si cabe porque el propio Gadafi había dado armas a su población civil para que se defendiese de la agresión externa, lo que habla de qué tipo de «dictador» era.(25.) El apoyo de la población era mayoritario hacia él.(26.) Ningún dictador arma a su pueblo, ya que lo derrocarían de inmediato. Sin embargo, los libios defendieron hasta el final a su nación.
Amnistía Internacional realizaba en Libia la misma función que en cualquier guerra de agresión en la que ha tomado parte de forma muy activa, no defendiendo los derechos humanos, sino los intereses de sus padrinos, en la de Yugoslavia, Irak, Siria, etc. Ver este enlace sobre su labor en Yugoslavia:
La guerra contra Yugoslavia: otro borrón más de Amnistía Internacional.
El resultado trágico de todo esto ya lo conocen, un país devastado y arrasado, miles de víctimas, más de un millón de desplazados,(27.) en el país que tenía el mayor nivel de vida de África y que vivía en una etapa con un futuro prometedor de paz y progreso. No se cansaron con Libia y ahora van a por Siria.
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Notas:
(1) Amnistía Internacional. Las fuerzas de seguridad cargan contra los manifestantes y el número de muertos aumenta 18.2.11.
(2) Gadafi sacar a los bombarderos para reprimir la revuelta. El País. 21.2.2011.
(3) Mikel Itulain.
Los medios de comunicación y la guerra en Libia. 30.8.12. Enlace
(4) U.S. Department of Defense. DOD News Briefing with Secretary Gates and Adm. Mullen from the Pentagon.March 1, 2011.
(6) Mikel Itulain.
Muamar Gadafi: luces y sombras. 20.20.12.
Enlace.
(7) Amnistía Internacional. Muamar Gadafi debe poner fin a la espiral de muertes. 20.2.11
(8) Amnistía Internacional. El Consejo de Seguridad y la Liga Árabe deben actuar con decisión sobre los crímenes de Libia. 22.2.2011.
(9) Mikel Itulain. El papel de Amnistía Internacional en la guerra contra Siria. 9.9.12.
Enlace
(10) Mikel Itulain.
Los medios de comunicación corporativos y la guerra contra Siria. 6.9.12.
Enlace
(11) Mikel Itulain.
Justificando la barbarie contra Libia. 16.2.13.
Enlace
(12) Mikel Itulain. Amnistía Internacional. 28.4.13.
Enlace
(13) Amnistía Internacional. El Consejo de Seguridad y la Unión Africana incumplen sus obligaciones con el pueblo libio. 23.2.11.
(14) The Gadafi mercenaries and the division of Africa. Global Research TV. 12.1.2012.
(15) Human Rights Investigations. Lynching in Benghazi, 17.7.11.
(16) Webster Tarpley.
Libya : «Rebels» Are Lynching Black Africans. 6.4.11.
Enlace
(17) Human Rights Investigations. Libyan rebel ethnic cleansing and lynching of black people. 7.7.11.
(18) Maximiliam Forte. Slouching towards Sirte. NATO´s war on Libya and Africa. Baraka books, 2012, p.285.
(19) Amnistía Internacional. El Consejo de Seguridad deber remitir la situación de Libia a la Corte Penal Internacional. 25.2.11.
(20) Tony Cartalucci.
Libya: NATO enabling war crimes. Land Destroyer.
Enlace
(21) Amnistía Internacional. Hay que proteger a la población civil durante la acción militar. 18.3.11.
(22) Amnistía Internacional. La CPI dicta orden de detención contra Gadafi. 27.6.11.
(23) Mikel Itulain. Estados Unidos y el respeto a otras culturas y países. Libertarias. 2012.
(24) Amnistía Internacional. La OTAN debe investigar las muertes de civiles durante los ataque aéreos en Libia. 10.8.11.
(25) Gadafi arma a la población para luchar contra una posible <> de la OTAN.eldiariomontanes.es. 21.4.11.
(26) Libyan majority in support of Gadafi. Press TV. 21.6.11.
(27) Purificación González de la Blanca. Los mandatarios de las potencias atacantes y el Secretario General de la OTAN deben ser juzgados. Diario de Octubre. 18.3.13.
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