La ceguera neo-izquierdista y las «Primaveras Árabes»

the protester

Tamer Sarkis Fernández
7 de marzo, 2013

Las “Primaveras Árabes” desmantelando la perspectiva soberanista y unitarista (“bolivariana”) de un Mundo Árabe.

La ceguera neo-izquierdista y su trilero “lazarillo”, el social-imperial.

La neo-izquierda europea y anglosajona, representante de la Aristocracia obrera venida a menos y hasta proletarizada, de estudiantes desclasados, de “intelectuales” alienados en relación a la Contradicción real que sacude al Mundo (la ofensiva opresora, ya a la desesperada, por parte del Bloque Declinante y su Guerra Sucia con proyección universal), neo-izquierda representante también de “políticos” y sindicalistas “alternativos” igualmente alienados del movimiento real de las sociedades…, se ha zampado una vez tras otra -Túnez, Egipto, Libia, Siria, Sudán, Yemen…- una película holywoodiense producida con un cartel de actores virtuales:

“El Tirano árabe”;

“El Castillo” -para decirlo a lo Kafka- hecho de alturas suntuosas, de derroche, de excentricidad -caso de Gaddafi-, de represión, de armas, de sangre y órdenes sanguinarias, de espías y burocracia, de venganzas familiares (“leyenda negra” acuñada por la BBC en torno a Saddam Hussein), de Horror que sube desde las mazmorras adversas a la blanca pulcritud aseptizada de las prisiones democráticas, de paredones impactados…;

“El Rebelde y el desertor”, romántico, desértico, del desierto, pendiente de recibir una solidaria partida de armas que le permita aunque sea una brizna de esperanza…;

Un “Pueblo” metafísico perteneciente a unas tierras radicalmente ajenas a noción de libertad y a quien, paradójicamente, parece que el Espíritu Santo ha poseído dándole claridad espontánea de libertad y rumbo hacia la libertad…;

Unas “masas” presentadas por sedientas de dar un paso extra hacia “la Modernidad robada” emulando a “sociedades de Vanguardia” en lo que se refiere a instituciones “de representación”, a ideales normativos de vida, a derechos y oportunidades…;

Unos “súbditos” que, a decir de las narraciones oficiales en torno al proceso, bajaban a las calles unificados por la Justa exigencia de devenir ciudadanos indistintos: sin paliativos, restricciones ni distinciones hechas por apellido o con arreglo a confesionalidad, a grados de religiosidad…;

Y, en definitiva, “la Dictadura árabe” dirigiendo sociedades deficitarias respecto de una línea euro-céntrica de grados de liberación. Esto es, dirigiendo sociedades caducas respecto de una línea de Progreso democrático alcanzado por “Occidente”, si bien esta misma neo-izquierda matiza que el panorama de “conquistas” ha sido “traicionado” o “secuestrado” por Variables Externas viciantes: lobbies, bancos, políticos, corrupción, partitocracia, neo-liberalismo, mercados…

Credulidad a una inconsistencia

Esta credulidad genérica que la neo-izquierda extrema “occidental” viene mostrando respecto de la violación anglo-USSionista a la nación árabe en su vasto hábitat regional físico, es una credulidad abusiva, en tanto que unifica con grosería casos inconmensurables e incomparables. Y los unifica porque va a remolque ideológico, parasitario, miserable…, de la Categoría acuñada por los diseñadores sociales y los expertos de inteligencia del Hegemonismo yankie: “la Primavera Árabe”.

En términos puramente lógicos formales, Categorías como la que nos ocupa son calificables de inconsistentes (en su propia lógica interna): se trata de una Categoría que “unifica” en la imagen espectacular a todo un eje geográfico árabe norte-mediterráneo y próximo-oriental, atravesando discursivamente a ese eje con un paradigma mínimo común: “las masas árabes contra la barbarie política árabe”. Y, sin embargo, omite explicarnos por qué la unificación categórica (“masas árabes insurrectas bajo condiciones supuestas equiparables entre Estados”) no ha funcionado entonces y ni tan siquiera se ha mostrado con nitidez “precisamente” en los sistemas políticos pro-yankies (el caso marroquí y argelino), fuera de algunas manifestaciones y protestas en reflujo. ¿No tenían las poblaciones marroquí y argelina “tantos motivos” como se dice de los demás?.

En Marruecos y Argelia, el tejido neo-islamista gestado, criado y activado por el Pentágono fue y es animado a armar ruido; pero se trata de ruido al punto suficiente para advertir a los gobiernos-marioneta respecto de que ellos pueden ir también a la jubilación si flaquean en su condición de good boys. Se formula el chantaje y se procede a la desactivación: “regreso a los cuarteles” (o a las mezquitas).

La “insurrección”, curioso, sí ha arrasado en cambio allí donde Francia gozaba de la hegemonía sobre la política gubernamental (Túnez), allí donde todavía se disputaba dicha hegemonía con los Estados Unidos (Egipto, donde muchas decenas de miles de empresas y patentes francesas han cerrado desde la Primavera egipcia y su desembocadura política pre-cocinada, mientras la Hermandad Musulmana “acordaba” hace unos días con los Estados Unidos poner al país bajo “intervención” del FMI), o allí donde Francia concentraba los grandes acuerdos petroleros (caso de Libia) Esto último contrariamente a Argelia, donde Francia no pudo en su momento re-orientar a su favor el tránsito de petróleo y de gas, ni siquiera cuando a tales fines los servicios secretos franceses crearon y manejaron al “Grupo Islámico Armado” en clave de provocar en Argelia un golpe de Estado que sustituyera la Junta Cívico-Militar por una Junta Militar más netamente pro-gala.

No nos despistemos con Libia: Sarkozy y Berlusconi llevaron la iniciativa de ataque contra ese país: es cierto. Pero ella fue una cuestión de “ganar la posición física” y de anidarse “un lugar bajo el sol” del botín y de la re-ordenación multilateral político-geográfica de la Jamahiriya. Pues galos e italianos sabían que los Estados Unidos y sus escuderos ingleses iban en cuestión de semanas a por Libia con todo el uranio y el fósforo blanco de la OTAN (yendo de paso a desbaratar la relación privilegiada franco-libia). Los Estados Unidos hacía años que habían ido afinando las cerriles cuerdas “locales” de “la Primavera” hasta que activaron el estruendo y pudieron re-presentarlo por “insurrección popular”… ¡ante rebaños humanos como nuestra participativa, subvencionada y mediática neo-izquierda! (pues “En el espectáculo, el mentiroso se engaña a sí mismo”, Guy Debord, La sociedad del espectáculo).

En efecto, la CIA había ido durante años llenando Ben Ghazi de perros mercenarios salafistas y Al-Qaida. Igual hizo con Alepo en Siria a través de las contratas urbanísticas qataríes. Fueron éstas un auténtico Caballo de Troya tanto al subterfugio de los perros como a su trasvase por medio de la construcción de pasadizos subterráneos kilométricos comunicantes con terceros lugares de llegada desde Turquía y el Líbano.

La Jamahiriya no sacó sus cazas a sobrevolar Ben Ghazi precisamente contra “indefensos civiles disconformes”. Tampoco el Estado sirio sus tanques contra “pacíficos manifestantes”. Esa “noticia” es un absurdo incluso desde el punto de vista táctico de control social; absurdo que halla la credulidad del televidente tragalotodo “apolítico”…, ¡y de nuestros avispados jovenzuelos de la neo-izquierda!.

El Hegemonismo, su CIA y sus perros ya estaban en marcha. También lo estaba la maquinaria mediática rendida a los pies de los Investment Funds norteamericanos. Todo listo para otro Irak, y en este sentido el Departamento de Estado yankie había manifestado ante la ONU que, “de no encontrar respaldo”, los Estados Unidos podrían llegar a emprender una intervención militar unilateral una vez testado el indiferentismo ruso y chino para el caso. Sarkozy y Berlusconi no dieron el gusto a sus Patrones atlánticos de dejarlos solos a la hora de la merienda. Recordaron el caso irakí y cómo allí Bush había puesto la directa comandando el trío de las Azores. Al final, en Irak, PETRONOR fuera, BRITISH PETROLEUM dentro. Testigos (auto)excluidos de fatalidad precedente, franceses e italianos fueron más papistas que el Papa y así, más que unirse a un plan estadounidense que amenazaba con liquidar en Libia la hegemonía europea de relaciones, se avanzaron a fin de salvar muebles.

También afloró “Primavera” en Sudán, país con quien China tenía título de prioridad en la extracción y abastecimiento petroleros. Dicha actividad se halla focalizada en el sur del país, dotado del 80% de la riqueza petrolífera, y que “lograría” su “independencia” en mitad de ese contexto de “rebeldes”, “auto-determinación popular”, ataques aéreos israelíes y presión por parte de los “activistas” pro-Human Rights dentro y fuera de las fronteras sudanesas (estrellas de Holywood incluidas, montando el espectáculo con sonoridad frente a las Embajadas del “Tirano” en “occidente”). Sudán del Sur: nuevo Estado express en los neo-coloniales mapamundis de Mercator.

Sabido es que China realizaba en Libia una gran labor de desarrollo de Fuerzas Productivas, de vías de comunicación, de infraestructuras, de tecnología energética…, habiendo enviado para ello a decenas de miles de técnicos e ingenieros. Nada queda ya de ello. Ni de la iniciativa del Coronel Al-Gaddafi por irrigar y fertilizar terrenos africanos canalizando aguas desde el gigantesco acuífero natural subterráneo libio (el mayor y más caudaloso del Planeta). Ni tampoco del empeño que el Coronel tenía por llevar al “Continente Negro” a la disputa de la propiedad sobre la tierra contra los colosos de la agro-industria, abanderamiento de lucha que tanto molestaba a los Rockefeller, a los demás tiburones de Monsanto y a las finanzas inversoras en la hambreadora Bolsa “alimenticia” de Chicago (igual rabian con la soberanía alimentaria todavía caracterizadora de la economía siria). Ni tampoco queda ya materialidad de aquella idea chino-libia de impulsar una auténtica alternativa solar africana al negocio bio-energético fundamentado en el maíz y la soja transgénicos, cuyos monocultivos invaden ingentes extensiones de suelo africano.

Al contario del Bloque Declinante (con epicentro estadounidense), el cálculo de Economía Política china sí está interesado en el desarrollo material de los países, puesto que ello significa acrecentar las oportunidades de negocio chino así como brinda la oportunidad a esos países de desencajarse de la dependencia estadounidense. Tal último proceso de “desarrollos locales y nacionales” cataliza el declive del parasitismo hegemonista yankie aproximando así el gran impasse chino. A quien tenga en cuenta esta realidad objetiva al nivel de la Economía Política mundial, que se traduce dialécticamente en una Política Económica china desarrollista para el Mundo, no extrañará la inversión china al desarrollo en Níger, Chad, Angola… Países minados hoy -”casualidad”- por el terrorismo de Al-Qaida, especialmente contra población cristiana, aunque no sólo.

La Contradicción real: declive de la Época del Hegemonismo y, con él, de su Bloque satelital

Para todos esos casos árabes expuestos, la credulidad genérica de la izquierda “occidental” es miserable no ya ética y humanamente, que también, sino miserable en la dimensión teórica de base. Pues se salta -o como mucho asume en tanto que añadidos distorsionadores- la Contradicción principal que nuestra especie humana enfrenta (el Hegemonismo) así como la Contradicción principal actual (económica) que el Hegemonismo encaja frente a “su” Mundo a fin de conservar y de apuntalar su dominación:

Los Estados Unidos han dejado de dominar a través de la actividad imperialista “normal” o típica-estándar de exportación de capitales, tal y como refleja la evolución de su PIB a través de las últimas cuatro décadas en relación al PIB total mundial;

Los Estados Unidos han dejado de dominar amplias regiones del Planeta, tales como su ex-Patio Trasero latinoamericano, o la misma Rusia post-soviética, a través de la dependencia política;

Los Estados Unidos están dejando de dominar a través de sus organismos e instituciones privadas pseudo-”supranacionales”: FMI, BM, OMC, OIT…, donde precisamente países conquistadores de soberanía política, están ganando influencia y capacidad directriz;

Los Estados Unidos SÍ tienen perspectiva de re-anudar la soga de su dominio a través de su diseminación e implantación mundial de ciclópeo Aparato Diplomático/”Voluntario” pseudocivil/Propagandístico oenegero/Militar/Armamentístico/”De inteligencia”/de Terror paramilitar y mercenario (como contra Siria)/Comprador y manejador de agentes políticos sobre todo en países aún a la órbita estadounidense (como en España o en Colombia). En otras palabras: los Estados Unidos derivan desde el imperialismo “normal” o “típico” al neo-colonialismo militar y medrador falsamente “civil” y “filantrópico por los derechos”, fijado con presencia directa en los suelos, protagonizando así una involución que rebela al neo-colonialismo como auténtica “fase superior del Hegemonismo”.

“Pero la fama cuesta”: mantener el aparato político-militar del neo-colonialismo no puede correr a cargo de la Metrópoli. Para eso está el saqueo financiero, tributario, fiscal, de condiciones laborales, de dominio bursátil transnacional estadounidense… sobre los países que -¡todavía!- están bajo su “órbita” de dependencia (véase la Europa del Sur) empleando el Hegemonismo a sus ejecutores-intermediarios (“Europa”, Japón…). A esa centralización y abducción hegemonista de los factores de riqueza, la llaman “crisis” (como la “crisis griega”, “la crisis española”…).

¿Y allí donde no “hay condiciones” óptimas para ellos, pero que resultan ser regiones-clave, véase el Mundo Árabe?. Allí el Hegemonismo, como condición al saqueo económico, tiene que imponer la supeditación política a ultranza y re-dividir las unidades políticas territoriales.

El movimiento bolivariano y los cambios que desde su claridad ideológica ha conseguido impulsar en América Latina, libran, por el momento, de la jaula, a la centenaria gallina de los huevos de oro cínicamente condenada por Monroe en su “¡América para los americanos!”. Aún intentan medrar los viejos Caciques yankies a través de Colombia, de Chile, de Paraguay, pero los Estados Unidos conocen su error: no haber sabido en su momento re-presentar ante el mundo un espectáculo de “contra-ideología”, pantalla tras la que transfigurar “intervenciones”. No habiendo pasado por alto la identidad de fondo entre bolivarianismo y pan-arabismo, los Estados Unidos se han encaminado en el Mundo Árabe a desactivar el potencial antes de que pudiera “pillarles el toro” (“control pro-activo” en Ciencia Política). Heredaban para ello un artefacto sobre el que Inglaterra llevaba acumulando “trabajo social” desde hace unos noventa años: la llamada “Hermandad Musulmana”.

Así pues, la contradicción económica crítica puntualizada, se traduce en geopolítica (Planes: el Informe Brezinsky, la Doctrina Brezinsky del pasillo Euroasiático y el “Occidente expandido”, el Gran Oriente Medio, el Nuevo Oriente Medio, la Doctrina Clinton Look towards Asia, etc.).

Una geopolítica, en fin, a implementar apoyándose en contrafuertes regionales: Israel, la Doctrina Ben Gurión, El Plan Peres de “Confederación comercial arabo-israelí”, la Hermandad Musulmana, el Salafismo, el Wahabismo, los canales de televisión “árabes”, el sunnismo pervertido como supremacismo pseudo-étnico…

Y contrafuertes, estos, que en sí mismos no son entes metafísicos, sino agentes producidos por el propio Hegemonismo, o por sus capataces -principalmente Inglaterra e Israel-, de modo que la idea es transportada por la ingeniería social y por la maquinaria colosal político-científica hegemonista, desde el epicentro de manufacturación hacia la sociología de aplicación o de destino.

Una de las funciones rectoras pensadas para la Primavera Árabe, es la que podríamos llamar de “antídoto” al pan-arabismo: hacer trizas cualquier perspectiva árabe unificadora, a base de prodigar las fronteras, el confrontacionismo y el abstencionismo inversor productivo desde las nuevas satrapías “tradicionalistas”, una vez que ya se hubo minado durante décadas la identidad política árabe a base de “vacunar” inyectando una contra-ideología (el neo-islamismo) que actúa como una bomba de racimo. El neo-islamismo va explosionando sobre sí mismo sucesivamente, segmentándose en un sinfín potencial de variantes y sub-variantes hostiles y condenatorias entre sí.

La identidad derivada del panarabismo es una identidad política y civil, meta-confesional, y que pone el peso en el futuro práctico más que en “eso que fuimos”. No riza el rizo de lo que “por esencia” se es, sino que se auto-propone en calidad de Idea práctica al servicio de realizar aquello que puede llegarse a ser -y que urge- a través de la unidad política, de la coordinación racional de Fuerzas Productivas en el completo ámbito material (físico, económico) árabe, de unificar la voz y la defensa frente al Hegemonismo y su determinación de comportamiento neo-colonial.

Inversamente, el neo-islamismo configura una identidad de masas montada sobre un “subidón” interpretativo que gira en torno a Dogmas transmitidos de “rectitud”. Este control especulativo, jamás seguro de sí ni poseedor de certidumbre (y por tanto obseso de las Escrituras islámicas), produce y re-produce la “desviación” y la herejía, usualmente sin más argumento que el sentimiento, la exaltación del xeih o del muftii o del hermeneuta decodificador y el “Espíritu de Cuerpo” (la Assabiiya, para decirlo como el gran teórico social tunecino Ibn Jaldún). El resultado es parejo a la micro-biología de la célula tumorada, que auto-cataliza su propia división y proliferación destructiva del organismo.

El imperialismo sin duda ha estudiado y considerado esto, y, si sus Primaveras Árabes conforman en substancia una proyección contra el pan-arabismo en su doble dimensión inter-conectada de perspectiva colectiva y de potencialidad política, entonces no debe extrañar que enormes esfuerzos se hayan dirigido contra Siria: bastión vivo de socialismo pan-arabista, donde éste gobierna, se expresa, se piensa, se edita, se funde con las masas y con el poder volviéndose materialidad ejemplarizante y letal para el sionismo.

Ciertamente, sin el vuelco pro-yankie tunecino tras el desbancamiento del viejo Gobierno pro-galo, no habrían entrado en Siria una cantidad tal de mercenarios y de fanáticos-muñecos (el islamismo gubernamental tunecino, tan del gusto de algún consagrado gurú neo-izquierdista, patrocina las “excursiones”). Tampoco habría llegado Siria a su dramático asedio sin la conversión de la Jamahiriya libia (solidaria combatiente africana anti-imperialista donde se presentara) en una gigantesca base de exportación de salafistas. Y tampoco sería explicable el panorama sirio sin la previa “Primavera turca” y la entronización de un neo-islamismo que se ha preocupado por enguirnaldar la frontera turco-siria de decenas de campos de entrenamiento y de emisión de energúmenos (salafistas, takfiríes, mártires de Al-Nusra, etc., todos ellos tras la máscara hueca del bluff al que llaman “Ejército Libre de Siria”). Por su parte, no hizo falta tocar a Argelia: allí el Gobierno lacayo de los Estados Unidos ya ejerce perfectamente de ciego mientras de allí parten los armados.

Más ampliamente, la Primavera Árabe es calificable de “cadena sistémica de acontencimientos”, donde no se explica la destrucción de Libia sin la coetánea Operación espectacular que enclaustraba a las masas populares egipcias en la película de “su emancipación”, mientras dos pasos al lado -en la Jamahiriya resistente- el Hegemonismo practicaba “a las duras” lo que con ellos estaba procurando “a las maduras”.

Pero, dialécticamente, tampoco se explica el actual Egipto de la Hermandad Musulmana sin concebirse la edificación del Grand Fort Yankie libio de salafismo (imagen extremista de los Hermanos Musulmanes, útil a estos para auto-contraponerse y auto-distinguirse, mientras se les emplea como banda de choque “forzadora de acontecimientos” y legitimadora de la “templanza” de las medidas gubernamentales).

Qué duda cabe, en fin, de que en contextos políticos “internos” alternativos, las masas árabes magrebíes y egipcias habrían acudido a defender Siria de su asedio, tal y como otrora se entregaran a defender Irak. Pero se desarticuló a estos Pueblos enfrascándolos en el simulacro de “su propia historia”, mientras los fanáticos y los lúmpenes caza-recompensas tunecinos, argelinos, egipcios, libios…, sí parten hacia el Este prestos a protagonizar cada día la historia de cómo fundir el odiado país sirio “de los herejes” y “de los pecaminosos laicos”. Son miles, a diario, los nuevos incorporados a tal siniestra glorificación sectario-”integrista” de “matar sirios”. A la efervescencia colectiva de cada país se le consignaba en cada “informativo” televisado y en cada artículo de prensa, que lo de Siria era una “revuelta por la libertad”, tal y como, en el plano de la auto-representación subjetiva, lo estaba siendo “la suya propia”.

Resultado: el Pueblo irakí fue apoyado incluso físicamente por los árabes, mientras ahora no pocos árabes apoyan de facto a los asesinos del Pueblo sirio y dan la espalda a su lucha de auto-defensa anti-imperialista creyendo estar apoyando con ello “la lucha del Pueblo sirio”. Por su parte, a los libios el Hegemonismo les ha “dado” una inmensa ruina, escombro y misera de cuyo retirar ocuparse sin descanso.

Entretanto, y en silencio, fermentan las Taifas, el desmembramiento. Tanto más funcionales cuanto que estos nuevos micro-estados de facto no hallan resonancia ni mención en la esfera de la ONU y de su “Derecho Internacional”. Muchas nueces y poco ruido parece ser en esto el lema del Hegemonismo, buen heredero histórico de la discreción política burguesa.

En Libia ya funcionan con todo el aparataje necesario, como un collar explosivo anudado a la garganta del país, o como una de esas serpientes de pólvora verbenera cuyas cargas saltan sin que pueda saberse dónde van a estallar. El sur de Egipto ya tiene también sus chiringuitos territoriales, donde los clérigos llaman a expulsar a las minorías y los “yihadistas” libios entrantes toman las posiciones clave. En Siria, los “hombres fuertes” “profanos” (caza-recompensas) o “teológicos” (xeihs) de la máquina mercenaria declaran, desde el interior y desde el exterior, pequeños Emiratos islámicos.

Mientras, Israel anuncia y detalla por televisión su “Plan de seguridad” partitivo de Siria en una media docena de Estados pseudo-”étnicos”. Y Francia, a quien siempre le ganan la espalda, recuerda públicamente su propio “mapa de agrupamiento político de comunidades”, añejo proyecto colonial donde la “Lumiére du Monde” hace de la Jebel Al-Ansariya el montañoso Estado de los alawíes, así como traslada a todos los católicos maronitas al Líbano, y otro tanto con sirios sunnitas, kurdos, chiítas, drusos, ortodoxos, etc.

El racismo, el multi-culturalismo, “El Árabe”

El “Pueblo” en un film real contra el Pueblo. Consumo neo-izquierdista de la falsificación. Y hasta producción neo-izquierdista de ésta, en tanto que se colabora en dar pulmón y ánimo solidario a la jugada.
¿Los Pueblos reales árabes?: re-emplazados por leyes electorales trucadas y referéndum objeto de trampa (Egipto), echados a la calle para derrocar al espectáculo realizado y ya gobernante (Túnez y ahora Egipto también), combatientes en recobrar la tierra palmo a palmo (Libia y su irredenta “Resistencia verde”), o resistentes hasta la tragedia contra una Operación de “inteligencia” tan impopular que debe importar a sus “rebeldes” desde Chechenia, Colombia, Afganistán, Irak, Libia… (el caso de Siria). Este último país recibe a dicho yihadismo tele-dirigido mientras escenarios terceros de “yihad” van vaciándose correlativamente, por ejemplo en Asia sud-oriental y central, Filipinas, Indonesia…

Me he devanado el cerebro intentando entender y explicarme cómo es posible este tocar fondo teórico de la izquierda, extrema-izquierda, neo-izquierda… “occidentales”, que ve molinos de viento de libertad donde operan los gigantes del Hegemonismo y sus zarpazos. Y aunque diga luego que las corrientes de viento son desviadas a posteriori por actores terceros, por el imperialismo…: ¡qué casualidad que siempre son “desviadas”!. En el fondo del pozo y de la ponzoña, he hallado el racismo “puro y duro”.

Creo, en efecto, que en el fondo de la credulidad e imbecilidad neo-izquierdista hay toda una cosmovisión arraigada del “árabe”, que se traduce, para el caso, en el Dictador árabe y en el “Mundo árabe” donde la gente está en calabozos de arena compactada o donde los niños pícaros malviven en la calle arapientos y pidiendo una moneda… Entra también ahí la figura del fanático, del sanguinario…, que “asesina a su propio Pueblo”, “que lo bombardea con tanques, con aviones, con armas químicas” y con todo lo que tenga a mano… Y es que, no en vano, los críos de la neo-izquierda son hijos de la “época dorada” antisemita -anti-árabe- de Holywood (La joya del Nilo, Mentiras arriesgadas, el Tintín de Spielberg y su “paisajismo tópico árabe” sin ir más lejos…). No voy a entrar en análisis freudianos sobre el subconsciente duradero o en cuestiones de socialización primaria a través de dibujos animados, televisión y cine adolescente.

Este racismo sobre “el árabe” se ha venido desenvolviendo sobre todo a la forma clásica: los árabes son unos bestias que masacran a “la oposición”, o que siempre están en “guerra civil”, o que viven por y para “dar bala” y el Pueblo en medio del fuego cruzado lo sufre y perece…, así que el Pueblo desflora su Primavera de Praga, de “democratización”… Travesía por el desierto hacia el oasis.

Se imaginó a Saddam deleitándose con los más barrocos sadismos, y luego a Gaddafi, y ahora a Bashar. Y es que “estos árabes”… Se imagina igualmente a los Pueblos, dirigidos por su propio pie hacia la carnicería fratricida, bajo maldición de identidad. Y es que “estos árabes…”: se les ve arruinándolo todo y a sí mismos, degradando con celeridad “su propia rebelión” o “revolución” en perversiones de “guerra civil” o “étnica”.

Pobrecitos: quieren la libertad, pero, en esa andadura de periplo suyo, que es el de todos los “internacionalistas”, les falta catadura democrática y no pueden evitar extraviarse. Les puede su propio genoma cultural incivilizado. Habrá que echarles una mano neo-izquierdista panfletaria desde “aquí arriba”; desde las calmas y razonables tierras del English Worker avanzado.

Paralelamente a esa inversión de lo real, el Pueblo sirio -voluntario, a las armas- se organiza en los Comités de Defensa Popular junto a su Ejército, el Ejército Árabe Sirio, codo con codo, todo corazón en su combate contra las bandas multinacionales de matarifes que con su mecánica de matanzas aldeanas y barriales tratan de provocar, por el momento en balde, un calculado corolario de etnicidad y de confrontacionismo. La internacional mercenaria vacía a Siria de población cristiana -a los productores de imagen les molesta la realidad de milenaria convivencia pluri-religiosa.

Mientras, Mohammed Mursi impuso por fraude plebiscitario un compendio jurídico supremo que “invita” a la sociedad egipcia pluri-religiosa a pasar por el embudo de la Sharia, o quedar en indefensión ante una Ley que se lava las manos con los derechos ciudadanos independientes del credo profesado por el sujeto jurídico. Sociedad de neo-castas constitucionalmente fijada, bendición de Obama (pues el Hegemonismo es el artífice de fondo). Policía religiosa vigilando el sunnismo “rigorista” para todos, los cristianos coptos egipcios a las catacumbas o al éxodo (varios millones han salido ya de Egipto)… Y el Pueblo egipcio tratando, en las calles, de oponer Egipto a una secta creada por el colonialismo británico durante los años 20 contra el despertar nacional árabe y en un contexto de temor imperialista por el alumbramiento de la URSS como bastión del socialismo tras la victoriosa resistencia bolchevique y popular a la invasión multi-Potencia contra Rusia (1918-1921), llamada (para variar) “guerra civil rusa” mientras otros falsificadores hablan sin sonrojarse de “guerra civil en Siria”.

El segundo rumbo del racismo hacia “el árabe” representado como imagen del animal bruto -tal y como en la Torah- consiste en profesar un relativismo culturalista: como la idea de la “Primavera primaveral” en el sentido liberal -al estilo de “la Primavera de Praga”- es ya insustentable por la neo-izquierda en vista de la difusión analítica sobre el cariz de los procesos reales ocurridos (el neo-islamismo, el sectarismo, el neo-tribalismo o pseudo-etnicidad, la involución hacia lo pre-nacional -el divisionismo sociológico y político-territorial…), hay una parte de la neo-izquierda que, para no bajar del burro, tiene que hacer una filigrana multi-culti. Así dicen: “Si los árabes van a la instauración de la Ley islámica, hacia la Sharia, hacia instaurar el islamismo como principio rector del Poder Político, hacia el confesionalismo, hacia el fraccionismo político-territorial, hacia las taifas y los micro-emiratos…, en definitiva esto refleja su idiosincrasia y su cultura; luego, éste es su acto de afirmación de independencia, de soberanía, y debemos apoyar su libertad”.

En consonancia, se apoyan operaciones de ingeniería social implementadas por el Hegemonismo, quien lleva al poder a sus cipayos neo-coloniales, en nombre del concepto leninista de “auto-determinación”. Cuando, en realidad, dicho concepto es un concepto precisamente anti-colonial, y que hace referencia a procesos cuyo curso es dirigido por el Pueblo, es decir, la antítesis de las Primaveras Árabes.

Irrealidad discursiva de la neo-izquierda social-imperialista: ¿desconcierto o motivos de conveniencia?

Mi pregunta, a modo de (in)conclusión, es la siguiente: ¿Qué hay subyaciendo, en el nivel ideológico y en el material, por debajo de esa postura de la neo-izquierda, del trotskismo, de la socialdemocracia izquierdista, del neo-libertarismo pop, pero incluso también de la línea dominante dentro del maoísmo?.

Vemos que se predica la “solidaridad” con un supuesto “Pueblo masacrado por el Tirano”, Pueblo sobre el que se alucina, y la “fraternidad” con “su rebelión” (en Libia, en Siria…). Ello mientras, por ese mismo episodio alucinatorio (que es también ejercicio de llevar a alucinar a quienes leen los panfletos, las declaraciones, los artículos, las entrevistas…), la neo-izquierda encripta al Pueblo real y al proletariado real -libio, sirio…- en el ataúd, al silenciar, con todo el peso de esa mistificación, la contradicción real y el combate real del Pueblo resistente a la ofensiva emprendida por el Bloque imperialista Decadente. En Libia con luces, cámara, acción y salafistas montados en todo-terrenos. En Siria, además de salafistas, con el ELS: una banda de sectarios que se creen “etnia” y además se creen etnia suprema y legítima propietaria del territorio, de la política, de los pueblos y las aldeas, y que allá por donde pisa va pasando la guadaña a la población y va expulsando población.

Luego llegará el sionismo con sus mapas de fragmentación por ejemplo para Siria -dentro del Plan del Nuevo Oriente Medio- y esta misma neo-izquierda clamará al Cielo gritando “de dónde viene tanta desgracia”. ¡De “la rebelión”, chavales!, ¡de “la revolución”, chavales!. O la OTAN aparecerá directamente en escena y esa misma neo-izquierda saldrá a la calle diciendo “fuera manos imperialistas de Siria”…, como ya hicieran cuando Libia…

¿”Manos fuera”?: si la OTAN mete sus zarpas, es porque antes el Imperialismo violador ya “ha metido hasta los huevos”. Ha metido el cerebro; sus expertos, sus académicos, sus Think-tanks, sus ONGs, su tejido pseudo-civil “Human Rights”, su dinero financiando al llamado cínicamente “factor interno”.

“Factor interno” que ellos producen y al que llevan a la Hegemonía: cientos de mezquitas en Egipto, a miles en África, poder ideológico, grandes medios de propaganda, políticos-títeres (Mubarak en Egipto, el anterior Ministro de Economía en Siria, etc.) a la ejecución de políticas que, el Hegemonismo sabe de ante-mano, van a generar el caldo de cultivo de asfixia interna y por tanto de descontento…

No se trata, hablando con rigor, de “injerencia”, sino de producción política apriorística de acontecimientos, en cuya representación la neo-izquierda cae de pies juntillas con una inocencia, o una vileza, pavorosas. Pavorosas. En el caso de la neo-izquierda más espectacular es evidente que se trata de vileza, de cinismo y de venalidad: Mediaset, Mediapro, la Sexta, la “Izquierda Socialista” y sus juventudes, el Sindicato de Estudiantes, El Militante, “Periodismo Humano”, Alberto Garzón, las tropas de choque mental autodenominadas “ONGs” tales como el Laboratorio “Sirio” (londinense) de Derechos Humanos, la pro-eugenesista de pobres Save the Children o Amnistía Internacional con sus Directivos sentados literalmente en los despachos del Departamento de Estado yankie, el gran (gusano) Wayoming, el diario Público y el pluri-empresario Jordi Roures…

¡Es normal en ellos!: son la voz de sus Amos, ahijados de la socialdemocracia que ha montado a ésa su imagen “radical”. Socialdemocracia subsidiaria a su vez de las finanzas hegemonistas y “nacionales” a quienes, por ejemplo, representan los Zapatero y su consorcio privado Mediaset y Mediapro (pródigo mecenas y patrón de El Público). Pero hay encandilados que siguen estos medios y se nutren de sus infamias; hay otra neo-izquierda menor de edad y de juicio -profundamente dependiente de juicio.

¿Omisión hecha del Hegemonismo y de la época hegemonista?.

¿Ideología espontaneista y por tanto incurrimiento en el mito de “la espontaneidad”, viéndose, desde esa nube azúcar, molinos de viento allá donde el gigante se implanta alentando y pautando involución para entrega del país?.

¿Aristobrerismo del estudiante de origen familiar privilegiado a expensas del Mundo oprimido, y quien, como la cabra, tira al monte, siendo así que, por más que reniega y refunfuña de la mentira de la democracia, en el fondo y al final resulta que la democracia es “su padre”, su tótem, tan hondamente instalado en su médula, que se le sigue manejando desde la noción abstracta de “democracia”, ya denunciada por Lenin en su momento?. Pues la democracia imperialista -fascismo de “nuestros” días- pone plato, cubierto y babero a un neo-izquierdista más o menos decorosamente sentado al festín de la mesa mundial. Dictatorial banquete contra el 80% de la humanidad, presente en naciones oprimidas, “dictatoriales” éstas si intentan disentir de ser coto de caza para el Capital financiero, quien trae a la mesa los manjares y pone parte en el plato de sus perros (aun rojizos de pelaje).

¿Inconsciente colectivo racista sobre “el árabe” y sobre “lo árabe”, que vibra con la nueva película de Holywood, que pasa por real e implica a la neo-izquierda en el reparto actorial, dándole el papel de “ciudadanía internacionalista solidaria con los pueblos contra Gaddafi, contra Assad…”?.

De todo ello hay, en la ceguera de tal neo-izquierdismo confuso y confusionista.

Tamer Sarkis Fernández,
Vice-Director de DIARIO UNIDAD.

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