Por Seumas Milne
“Como Ucrania demuestra, lejos de asegurar la paz, la OTAN es un peligro para ella”, opina el columnista del periódico ‘The Guardian’ Seumas Milne.
La Alianza provocó el conflicto en ese país y ahora impide encauzarlo hacia una solución política.
“Fue precisamente la amenaza de que Ucrania forme parte de una alianza militar hostil hacia Rusia, a pesar de la oposición de la mayor parte de ucranianos y su Gobierno elegido de aquel entonces, lo que en primer lugar provocó esta crisis. En vez de salvaguardar la paz, la OTAN sirvió de causa de la creciente tensión y la guerra”, destaca Milne en ‘The Guardian’.
El columnista no oculta sus dudas sobre la lógica y la estrategia con la que los líderes de la Alianza Atlántica llegan a la cumbre de Newport, en Gales. En su opinión, el evento llega en un buen momento para “los maestros de la guerra”.
Para Milne los países miembros de la OTAN fueron incapaces durante décadas de hallar argumentos para perpetuar la existencia de la Alianza tras la desintegración del bloque del Pacto de Varsovia y la Unión Soviética.
Ahora han designado a un adversario y les da igual que su bando del conflicto esté apoyado por grupos neofascistas. En el pasado, recuerda el autor, la OTAN también incluía algunos regímenes fascistas.
En la agenda de la cumbre que tiene lugar en Gales figuran “planes de instalación de las fuerzas de reacción rápida en Europa del Este para la disuasión de Moscú”.
Además, el Reino Unido enviará a sus militares a Ucrania para que tomen parte en los ejercicios militares previstos para este septiembre, mientras en el Congreso de EE.UU. se plantea adoptar medidas para que Kiev logre contar con unas fuerzas armadas capaces de resistir la supuesta “agresión” rusa.
“A la OTAN le gusta creerse una comunidad internacional. En realidad es el club militar intervencionista y expansionista de los estados más ricos del mundo y sus satélites, que se usa para respaldar los intereses económicos y estratégicos occidentales”, afirma el columnista.
“La idea de que Rusia haya inventado una nueva forma híbrida de conflicto armado en Ucrania es un disparate”, asevera Milne. Fueron los países de la Alianza los que aplicaron ese modelo en distintos conflictos regionales del pasado abusando del mandato de la ONU. Y en el caso de Ucrania, “la OTAN y la UE, no Rusia, provocaron la crisis actual”.
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VIERNES, 5 DE SEPTIEMBRE DE 2014
Rusia: La penetración de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania, y de sus huestes terroristas en Oriente Medio
En los conflictos en Irak, Siria y su aparente desconexión con los de Franja de Gaza y Ucrania, se pueden observar los mecanismos de interacción que utiliza Estados Unidos y sus aliados con los grupos terroristas, paramilitares y extremistas yihadistas.
El triángulo de alianzas, acuerdos y pactos encubiertos entre Estados Unidos-Israel-Arabia Saudí, países que sostienen la política divisionista en Oriente medio, son la cara visible de un tetraedro invisible que los relaciona con un cuarto vértice, el conjunto de fundamentalistas yihadistas que constituyen degeneraciones de intolerancia por fuera de la esencia del Islam. La relación entre Estados Unidos y sus aliados con estos grupos extremistas de ideología enfrentada, pero descentralizados, con vida propia y autodeterminación, oscila entre dos puntas desde la negociación por mutuo beneficio y conveniencia temporal, hasta convertirse en enemigos a muerte, aunque en este caso la estrategia de Washington es encontrar la forma en que sigan siendo funcionales a sus intereses, aún en forma involuntaria.
Esta aparente paradoja, sirve para confundir a parte de la opinión pública mundial regida por las reglas sociales de la moral occidental, programada para no aceptar que en las relaciones exteriores de los países imperialistas y colonialistas no existe moral sino solo intereses. Como decía Raúl Scalabrini Ortiz ‘…Hacen de nuestra ignorancia el pedestal de su poder’. Como se verá, esto permitió al Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Chuck Hagel, declamar con liviandad ‘…Daesh (1) es más sofisticado y bien financiado que cualquier grupo que hayamos visto… Están más allá que un grupo terrorista. Abrazan una ideología, una sofisticación estratégica y táctica de valor militar. Están tremendamente bien financiados. Oh, esto está más allá de todo lo que hemos visto. Así que hay que prepararse para todo…’.
Detrás del triplete, hay que considerar otros actores como los atlantistas europeos (especialmente Gran Bretaña y Francia) y como Turquía, Qatar y Emiratos Arabes Unidos, que no solo han financiado y suministrado armas a grupos yihadistas, sino hasta los han creado adaptados a sus intereses con el objetivo de debilitar y golpear a enemigos fuertes. Sin embargo, cuando llega el momento en que los intereses de los extremistas entran en conflicto con los de Estados Unidos y sus aliados, éste los combate con la seguridad de que en su visión arrogante no puede ser vencido como primera potencia militar mundial, y que posee la capacidad manifiesta para que los grupos yihadistas no se salgan de control.
El objetivo final, es desestabilizar países con potencial conflictividad interna (como aquellos armados artificialmente por el Tratado Sykes-Picot) y con recursos significaticos de interés, dividirlos en Estados fallidos para que las transnacionales occidentales hijas de los Estados Unidos y la Unión Europea, puedan saquearlos antes que las asiáticas. Pero la novedad es que algunos yihadistas enemigos funcionales, que los imperialistas utilizan para hacer el trabajo sucio previo a sus exacciones, han advertido las enormes riquezas y ganancias económicas que están en juego y no están dispuestos a cederlas. Apropiarse de estas riquezas, no solo les permite a los yihadistas autofinanciarse y armarse, sino crear una estructura pseudoestatal (el fundamentalismo religioso es muy apropiado para ello) con un verdadero Ejército organizado, que les dá una nueva relación de fuerzas y les habilita para desafiar no solo a las grandes corporaciones transnacionales capitalistas sino a sus países patrocinadores que las respaldan militarmente, y al menos negociar las brutales ganancias del saqueo con cierto nivel de igualdad o ventaja.
El tremendo financiamiento del Daesh, cuyo origen ‘desconocido’ parece sorprender al Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Chuck Hagel, no es tal. Desde hace al menos tres años varios países utilizan en forma encubierta a los yihadistas, y sumistran gran cantidad de armamento, recursos, y cientos de millones de dólares de financiamiento que en gran parte terminaron en lo que es hoy el Daesh, entre ellos Arabia Saudí (a través de la casa Saud y los Sudairi), Qatar, Kuwait, Emiratos Arabes Unidos, Turquía, Israel y Estados Unidos (donde ha operado activamente el senador John McCain). Se estima que en 2007, el gobierno de G.W. Bush ya apoyaba a los grupos extremistas sunitas que abrazaban una visión militante del Islam, que eran hostiles a Estados Unidos y simpatizaban con al Qaeda, con el fin de socavar a Irán que es mayoritariamente chiita, derrocar al gobierno de Siria y confrontar con las fuerzas pro-Irán desde Líbano hasta las mismas puertas de Teherán (2). También países del Este de Europa, como Rumania, Croacia, Bulgaria y Ucrania traficaron armas al Daesh. Obviamente las usinas de propaganda occidental y de Washington descartan que sea éste el que apoye a los yihadistas, sino que involucran a Irán, Siria, Jordania y Arabia Saudí. (3)
Además de los fondos del contrabando, secuestros y extorsiones, cuando los grupos del Daesh tomaron varias ciudades sirias y de Irak, se fueron apoderando del armamento de sus ejércitos. Al tomar la ciudad de Mosul (Irak) se apropiaron de una gran masa de dinero y oro de sus bancos, y cuando se hicieron con el control de varias refinerías y pozos de petróleo iniciaron su contrabando, se estima que actualmente al menos unos 200 camiones-tanque pasan diariamente a Turquía. Situación similar a la de Libia después del ataque de OTAN/Francia/Estados Unidos, en que el petróleo de los yacimientos controlados por los grupos terroristas es comprado por Europa (que no casualmente levantó la prohibición a las importaciones de hidrocarburos libios), y la ganancia termina financiando a los mismos terroristas que se combate en Irak. Además al invadir y tomar posición de los pueblos y ciudades, el Daesh como califato, comenzó a cobrar ‘impuestos’. Con semejante enriquecimiento la organización no tiene grandes dificultades para financiar la yihad, ni para reclutar miles de combatientes, que hoy se estiman en más de 10.000 mercenarios extranjeros incluyendo ingleses, estadounidenses, franceses, belgas, canadienses, australianos, y unos 20.000 milicianos propios.
En 2011 se hizo evidente que Estados Unidos había apoyado en Siria, aunque aparentemente no lo suficiente, a grupos armados opositores ‘moderados’ contra el gobierno de al Assad en los que estaba imbricado el Daesh, y que llamaba ‘combatientes por la libertad’. Hillary Clinton afirmó ‘…Si Washington hubiera financiado y armado antes y mejor a los insurgentes sirios cuando empezaron las protestas contra al Assad, el Estado Islámico no estaría avanzando en Oriente Medio’. Es decir, si el trabajo sucio en tierra realizado por los yihadistas hubiera sido suficientemente efectivo, el cambio de régimen habría quedado sellado con una oportuna y anunciada intervención aérea directa del Pentágono con la excusa de las armas químicas de destrucción masiva, de modo que Washington no pudiera ser acusado internacionalmente de invasión terrestre, ni internamente por la muerte de sus soldados. La operación en Siria tendría similitudes al furibundo ataque aéreo atlantista a Libia en que el Imperio operó con bajo perfil en un segundo plano, dejando la tarea sucia terrestre a las milicias opositoras que antes habían financiado, y en que el asesinato de Kadafi fue celebrado por las palabras expresadas con gran alegría de la Secretaria de Estado Hillary Clinton ‘…Llegamos, vimos y murió’. Pero Libia no tenía una estructura estatal centralizada y fuerte como Siria.
La intervención de Moscú en Siria desbarató el plan y produjo un serio revés diplomático y militar para Washington, aunque en su política exterior no existe la palabra derrota pero sí la sed de venganza. El imperio nunca perdona sino que redobla la apuesta. Ahora Estados Unidos y sus serviles de la Unión Europea reflotan el plan sirio, pero con algunas variantes para escarmentar a Rusia. Previamente vienen lanzando una furibunda guerra diplomática y mediática antirrusa con oleadas de acusaciones contra Moscú sobre una ficticia invasión militar a Ucrania sin pruebas creíbles, y supuestamente de armar a los independentistas, si bien cuando las Fuerzas Armadas ucranianas abandonaron el sudeste de Ucrania por el cambio de régimen los separitistas se apoderaron de gran parte de su armamento y pertrechos. La campaña se complementa con una guerra económica castigando con progresivos paquetes de sanciones económico-financieras, y varias operaciones militares de disuasión junto a la OTAN.
Washington y la Alianza Transatlántica plantaron a Rusia un problema militar, geopolítico y económico no menor que puede inducirle seria inestabilidad interna; Ucrania. El régimen de Kiev absorbe a Moscú buena parte de su energía, debilitando su atención sobre Siria, donde tiene una base naval en Tartus, parte de su anillo de defensa sobre el Mediterráneo y el estrecho del Bósforo que lo comunica con el Mar Negro donde opera parte de la flota naval rusa (estando en Crimea uno de sus apostaderos). Simultáneamente Obama prepara a la opinión pública anunciado una inminente intervención militar en Siria, que además de Irak sería indispensable para detener la amenaza del terrorismo internacional, la guerra contra el terrorismo de los neocon, reflotada por el Daesh, y arrogándose la representación internacional difama al presidente sirio elegido por mayoría popular ‘…Al Assad perdió legitimidad y carece de las capacidades para combatir al Daesh’. Otro tanto espetan a coro el premier de Reino Unido y el presidente de Francia, mientras en sintonía el rey Abdullah de Arabia Saudita advierte que si no se impide con alguna ‘acción rápida’ (que incluye a Siria), el Daesh atacará a Europa en un mes, y a Washington en dos.
No es casual que tras el fracaso estadounidense en Siria, apareciera repentinamente avanzando sobre ésta y el norte de Irak el grupo yihadista Daesh, pariente sunita iraquí de al Qaeda y por caracter transitivo de Arabia Saudí, liderado por el Emir al Baghdadi entrenado por Israel. Notablemente en junio de 2014, se disparó el avance sobre Irak cuando sospechosamente bastaron 800 paramilitares del Daesh, para rendir la plaza de Mosul (Irak) una ciudad con 1,5 millones de habitantes, poniendo en fuga a los 30.000 combatientes de las dos divisiones del Ejército iraquí que la defendían, y que habían sido equipados y asesorados por los estadounidenses, lo cual parece no haber sido anticipado por su Inteligencia con fuerte presencia en Irak, ni por Bagdad.
La expansión del grupo yihadista en Irak, fue una oportunidad en que Obama ‘se vió obligado’ a intervenir nuevamente en ese país bombardeando con fines humanitarios, según sus usinas de información para salvar de los terroristas las minorías cristianas y a unos100.000 yazidíes. Justamente Washington comenzó a bombardear cuando los milicianos del Daesh se aproximaban a Erbil, capital del kurdistán iraquí una región susceptible de secesión, que promete ser relevante a nivel mundial como productora de petróleo y que posee casi la totalidad de las las reservas de gas de Irak. En la ciudad de Erbil están las sedes de las grandes multinacionales petroleras estadounidenses y su consulado, además de otras 40 empresas petroleras extranjeras como Canadá, Gran Bretaña, Francia, pero también de Rusia y China. Junto con el imperio varios países se han comprometido a entregar armamento a los kurdos en el norte de Irak, como Gran Bretaña, el pseudosocialismo de Francia, Italia, Dinamarca, Canadá, Croacia y Albania, lo que induce a la posible separación del un nuevo Estado del Kurdistán que confrontaría con el mismo Irak, Turquía e Irán al secesionarle territorios. Por su parte este último, no permitirá que la región chiita del sur de Irak salga de su esfera de influencia y advirtió, que Teherán intervendrá en Irak sin restricciones si el Daesh toma las ciudades sagradas chiitas Kerbala y Nayaf.
La decapitación del periodista estadounidense James Foley justamente en Siria, que habría sido efectuada por un yihadista de origen británico (aunque al parecer ocurrió hace un año), fué otra buena oportunidad ante la opinión pública para que Obama autorice también ataques en Siria, mientras tanto se mostraba escandalizado por la manera sangrienta en que fue asesinado el periodista. También otros altos mandatarios de las potencias occidentales y organismos internacionales manifestaron su horror, rechazo e indignación por el crímen, sin embargo en su hipocresía, omiten la forma aún peor que una decapitación en que ellos mismos directa o indirectamente están asesinando cruelmente con sus sofisticadas armas letales de última tecnología. Las ondas de choque generadas por la detonación de las cabezas de combate de sus misiles inteligentes, de sus explosivos, la metralla, el fuego, sus municiones de alto calibre producen amputaciones de cabezas humanas y miembros, cuerpos seccionados por la cintura, incineración hasta los huesos, cabezas humanas literalmente reventadas, cuerpos abiertos con las vísceras al aire, y otras muchas lesiones por explosivos. Todo lo que no quieren ver, y menos aún que lo vea el público.
Pero esta es la realidad de sus guerras como Irak, Afganistán, Libia y en que no es la excepción la Franja de Gaza, ni Donbass (Ucrania) donde la cantidad total de muertos (al parecer muy superior a 2.500) es mayor que en Gaza, con crímenes de guerra ejecutados por las tropas fascistas financiadas por los oligarcas pro-atlantistas de Kiev, que no buscan dialogar con los independentistas del Donbass (referendo mediante), sino que al mejor estilo nazi sitian y no casualmente bombardean a los civiles de sus ciudades incluyendo a los más débiles, niños, ancianos, mujeres y enfermos. Es decir como en Gaza, se busca exterminar a los grupos armados, desterrar a los opositores y colonizar a los mansos; quieren el territorio desocupado (de ucranianos rusos) y sus recursos. Sin embargo durante la última semana este objetivo se está poniendo en dudas con la contraofensiva de los independentistas, que siguen capturando gran cantidad de armamento de las fuerzas de Kiev (4). Por ello el apuro de las conversaciones en Minsk (Bielorrusia), y de Occidente en acusar insistentemente a Moscú de una ficticia ‘invasión sigilosa’ e intensificar las provocaciones. Una verdadera trampa para involucrar militarmente a Rusia y justificar un mayor despliegue de la OTAN hacia el Este, lo que su secretario general, Anders Fogh Rasmussen (siempre listo para Washington) está pidiendo vigorosamente, intentando además aumentar las bonanzas multimillonarias de los complejos militares industriales de las cuatro potencias mandantes de la organización, a costa de más guerras y de frenar el recorte de gastos militares en los presupuestos de las naciones europeas en crisis económica. Los que pagan las guerras en todo sentido, son siempre los pueblos.
Temas que junto con el avance del Daesh, la muy probable intervención de la OTAN en Irak (y en Siria), y el plan para rearme de Europa del Este (Acta de Prevención de la Agresión Rusa; Russian Aggression Prevention Act, RAPA), se tratan en la Cumbre de Gales, que celebró la organización sin escatimar gastos y con toda ostentación en el lujosísimo hotel Cettic Manor Resort en Newport (Gales) protegido por 10.000 agentes de seguridad, que mantenían alejados a los manifestantes que masivamente protestaban contra el negocio y la miseria de la guerra. Asiste a la Cumbre, el títere ucraniano Piotr Poroshenko portador de la urgente petición del Primer Ministro, Arseni Yatseniuk, fanático pro-estadounidense de familia judío ucraniana nacido en la Unión Soviética, sobre la solicitud para la inmediata aceptación de Ucrania en la OTAN con estatus de aliado especial; sumada a la consideración que la Rada Suprema acelera un proyecto de ley para abolir el estatus de país no alineado y gestionar la integración como miembro pleno de la OTAN, que veta la membresía de Kiev en cualquier otra alianza especialmente relacionada con Rusia, lo que sin duda será muy bien aceptado en la Cumbre. Lo que menos necesita la OTAN es la paz en Ucrania, pero sí la pacificación a sangre y fuego manteniendo latente la ‘amenaza rusa’ que justifique su intervención. Por lo pronto la OTAN planea plantar cinco nuevas bases en países alineados con Washington, Letonia, Lituania, Estonia, Romania y Polonia, con tropas de respuesta rápida, unos 5.000 hombres capaces de desplegarse en un teatro de operaciones en pocas horas. La previa visita relámpago de Obama a Estonia en la región del Báltico en el borde de Rusia, apuntó en esa dirección.
En Oriente Medio, después de haber dejado crecer a sus enemigos funcionales los yihadistas del Daesh por años, y con la excusa de detener su avance aunque continúe fortaleciendo dentro de Siria a lo que llama ‘oposición moderada’, Washington convoca a una coalición internacional para la intervención y bombardeos de objetivos terroristas dentro de Siria, aún sin la autorización que exige Damasco a costa de considerarlo una agresión de guerra.
La coalición busca diluir las responsabilidades y el costo político de la invasión, y como el autodenominado Emir Baghdadi vocifera que el califato del Daesh se proyectará hacia Europa, Africa y Asia, la coalición está ganando rápidamente aprobación internacional y participantes activos, entre ellos, los mismos que apoyaron anteriormente a los terroristas, Australia, Gran Bretaña, Turquía, Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Arabes Unidos, y muy probablemente ingrese al teatro de operaciones la OTAN ‘a pedido’ del gobierno iraquí (y de Washington). El accionar de Washington tiene ciertas similitudes con lo que hace en Pakistán desde Afganistán. De hecho, ya ha comenzado unilateralmente sin acordar con Damasco, a realizar vuelos de reconocimiento con drones sobre territorrio sirio desde Irak, que al ser aeronaves no tripuladas deberían suavizar las protestas de Damasco, pero no se ha limitado solo a ello sino también está utilizando aeronaves tripuladas, de paso mide la capacidad de reacción y respuesta de Damasco.
Luego del reconocimiento, muy probablemente utilizará drones artillados y ataques aéreos desde sus bases en Turquía, el Golfo y en caso de que Damasco sea hostil con sus aeronaves, lanzará oleadas de misiles de precisión desde el portaviones a propulsión nuclear ‘G.H.W. Bush’, que desplegó en el Golfo Pérsico frente a Irán, con fines disuasorios, pero no solo contra objetivos terroristas sino también contra el gobierno sirio, a la vez sus terroristas amigos que llama ‘moderados’, como al Nusra se ocuparán del ataque por tierra. Daesh debería ser al menos contenido para luego, poder negociar. Si el gobierno de al Assad y las Fuerzas Armadas sirias, bajo presión de la oposición y el avance del Daesh desplazado hacia su país por el bombardeo aéreo estadounidense en Irak y el trabajo sucio en tierra de los ejércitos kurdo e iraquí revitalizado por el Pentágono, cree en la buenas intenciones de la intervención de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, su caída es solo cuestión de tiempo.
Por su lado, el alto el fuego entre Israel y Franja de Gaza ocurre cuando la popularidad e imagen del primer ministro israelí, Netanyahu, cayó drásticamente. Mientras la matanza de niños palestinos causó un rechazo generalizado a nivel mundial, el pueblo israelí advirtió que la ofensiva militar lanzada al máximo, no pudo quebrar la voluntad de resistencia del pueblo gazatí, que cuando es atacado no es manso, sumiso, ni pierde la iniciativa, ni tampoco pudo suprimir el alto mando de las milicias de Hamas, ni a su líder máximo, ni los de otros grupos de resistencia. Los asesinatos selectivos a distancia necesariamente requieren dos patas, una es una fuerte penetración de inteligencia a nivel local, la otra las armas (sean drones, aeronaves de combate, misiles inteligentes). La Inteligencia israelí tuvo un éxito inicial utilizando algunos palestinos amenazados o comprados, pero Hamas logró desactivar la operación al detectar y ejecutar a sus traidores. No hay ninguna certeza de que el alto el fuego entre Israel y Franja de Gaza no sea un transitorio hacia otra nueva ofensiva sangrienta. Según trascendidos, al suspenderse los ataques el presidente palestino, Mahmud Abbas, aseguró que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, habría aceptado volver a las fronteras de 1967, sin embargo no solo sus voceros lo negaron sino que Tel Aviv anunció una nueva expropiación de otras 400 hectáreas en Cisjordania para nuevos asentamientos.
Pero no casualmente, el cese de hostilidades en Gaza ocurre cuando el mandamás estadounidense ha dirigido el foco de atención hacia Siria y su enemigo funcional el Daesh. Justamente Israel, ya atacó un puesto fronterizo sirio en los ocupados Altos del Golán, y según Bashar Ja’afari, embajador de Siria en Naciones Unidas (ONU), Tel Aviv permite el libre flujo de armas y militantes del Daesh en Altos del Golán y de allí al resto de Siria, además le ayuda a infiltrarse desde el borde de los Altos del Golán a Jordania, donde se hallan los campos de entrenamiento terroristas. El embajador Ja’afari viene alertando desde hace tres años de los crímenes del Daesh en Siria, pero el caso fue tratado en la ONU como guerra civil, tampoco hubo acciones concretas ni movilización internacional.
Se está produciendo un reacomodamiento geopolítico de grandes bloques mundiales. En que, en los hechos consumados Estados Unidos visualiza con su propia concepción imperial la amenaza de Rusia, que como potencia nuclear se perfila como rival en la arena internacional, y en consecuencia Washington está actuando como tal. Ambas potencias están marcando territorios y líneas rojas. La intervención de Rusia en Siria inhibió nada menos que una decisión tomada por las elites de poder político y económico de Washington, el derrocamiento de al Assad, y la respuesta fué abrir un frente en el mismo borde ruso, Ucrania. Allí el cambio a un régimen títere debía integrarla al área de influencia atlantista. Sin embargo la anexión voluntaria de Crimea a Rusia y la genuina rebelión independentista en el Donbass, sorprendieron a Washington, que disparó el escarmiento feroz en Oriente Medio y en el frente ruso-europeo.
En uno, para tomar Damasco y dividir la fuerza de Moscú. No tiene ningún reparo en alimentar un conflicto regional sangriento, usando el avance de las hordas del Daesh en una amplia región clave de inestabilidad, y utilizar lo que quede de Irak como región tapón bajo su control, aislando Siria de Irán. Una oportunidad para Washington e Israel en que se juega un paso más, para un gran reordenamiento de la región, marcando la línea roja del Gran Oriente Medio (Greater Middle East), adaptado a los intereses occidentales. En Ucrania, Washington impulsa la penetración de la Alianza Transatlántica hacia el Este, y marca otra línea roja Este-Oeste, debilitando la influencia de Moscú sobre Europa, una guerra preventiva contra un posible eje Berlín-Moscú-Beijing. Pero en el marco del capitalismo global, ahogar usando fuerza disuasiva militar a mercados y rutas energéticas de una potencia nuclear como Rusia, que otrora fuera imperio, le da la oportunidad de abrir otros, como China, y aún en regiones que el imperialismo estadounidense considera su propio patio trasero.
Pero Estados Unidos, Israel, países de la OTAN, Turquía y las monarquías del Golfo que gestaron e impulsaron las hordas pseudo-islámicas del Daesh en Oriente Medio, también clonaron una vasta fuerza terrorista expedicionaria mercenaria global. Es de esperar que Washington y los atlantistas no tarden en abrir otro frente de conflicto a Rusia, con sus huestes terrorristas penetrando desde el sur del Cáucaso…
Notas:
1) Daesh en la fonética árabe, o Estado Islámico en Irak y Siria (Islamic State in Iraq and Syria; ISIS).
2) Seymour Hersh, ‘The Redirection Is the Administration’s new policy benefitting our enemies in the war on terrorism?’, New Yorker, 2007
3) Zachary Laub, Jonathan Masters, ‘Islamic State in Iraq and Syria’, Council on Foreign Relations (CFR), August 8, 2014
4) ‘Watershed press conference by top Novorussian officials’, Alexander V. Zakharchenko, Chairman of The Council of Ministers of The Donetsk National Republic; The Vineyard of the Saker, August 26, 2014,