Autor : Mario Casartelli
Fecha: Mayo 2013
Desde Medio Oriente
CRÓNICA EN SIRIA (IX)
Leer las opiniones en las redes sociales o ver los informativos de la televisión de aquí, de allá y de acullá conduce a un marasmo difícil de entender. Ante el cruce de informes sobre el tema Siria, ¿Qué fuentes tomar como creíbles? El vaivén de las comunicaciones también es parte de la guerra. Y tenemos que procurar leer las entrelíneas.
No es lo mismo absorber los artículos de SANA o de la Red Voltaire que lo que dicen los diarios de EE.UU., de Qatar o de Israel. Pareciera que se habla de dos Sirias distintas. Pero es una sola. Y en medio de todo, hay un pueblo que sufre. Y un Estado que corre serio peligro de desaparecer.
Insistimos en que el reclamo inicial de reformas sociales por parte del pueblo fue y sigue siendo justo. Pero, lastimosamente, hubo injerencia exógena y se pasó al terrorismo criminal. En este momento, operan en Siria cerca de una docena de grupos de insurgentes, disímiles entre sí, tanto en métodos como en planes. Hay de todo: islamistas moderados y radicales afiliados a Al Quaeda. Así también laicos prodemocráticos e independentistas kurdos. Es más, la mayoría de ellos no cuenta con un proyecto de gobierno si es que lograran tumbar al gobierno de Al Assad. En síntesis, una confluencia de mercenarios.
El reparto del mundo sigue en manos de las grandes potencias que no cesan en su afán de devorar países. Y para ello apelan a todo tipo de recursos. Por eso, donde la propaganda juega un rol protagónico, como en el caso Siria, hacer hincapié sobre ciertas realidades es imprescindible, para replicar las no pocas «realidades» que inventan las multinacionales de la comunicación.
En Siria he entrevistado a Marinella Coreggia, una activista italiana que visitó zonas donde están instalados grupos de insurgentes. Cuenta ella que pudo constatar, in situ, la irresponsabilidad con que en ciertos casos se manejan organizaciones respetables Human Rights Watch o Amnisty International y algunas comisiones de la ONU, tal la Comisión de Investigaciones sobre Siria, cuando absorben sólo las versiones propaladas por algunos bandos; y sin comprobar si lo que dicen es cierto o no, las publican como hechos irrefutables. Marinella investiga con rigor esos casos, y va demostrando sus contradicciones, manipulaciones, montajes, etc.
La cadena Al Jazzera –que no es ajena a los intereses del poder económico occidental- alborotó el escenario del mundo árabe. Y otros medios siguieron el ritmo. Por ejemplo, al principio se habló del sonado caso de niños supuestamente torturados y masacrados, y de mujeres violadas por el ejército sirio. Y aunque se demostró que eso no fue sino una manipulación y un montaje, los propagandistas instalaron el tema, logrando que la gente hiciera caso omiso a los posteriores desmentidos.
Convengamos con que se maneja gran parte del mundo. Pero de ahí a que un organismo como la ONU apele a los mismos recursos ya es otra cosa. Y no nos vamos a extender repitiendo lo que todos sabemos: la ONU dejó de ser hace tiempo una entidad fiable en materia de ecuanimidad, desde el momento en que no hace sino obedecer dictámenes ya consabidos.Razón por la cual, no llama la atención que Arabia Saudita, Qatar, Turquía, Estados Unidos, Alemania y otros países de la Unión Europea como los de otros continentes hayan concertado en condenar al gobierno de Siria.
Varios de los argumentos utilizados en la Resolución de la ONU para la condena al gobierno de iria no son sino puntos sobre los cuales ya se debatió sobradamente, como el caso de los niños y mujeres violadas que mencionamos al principio. A pesar del esclarecimiento, insisten.
El párrafo final, de los 31 puntos de la resolución de la ONU dice lo siguiente:
“30. Solicita también al Secretario General que, en estrecha coordinación con
las instituciones financieras internacionales, las organizaciones regionales e
internacionales competentes, incluida la Liga de los Estados Árabes, otros agentes internacionales pertinentes y representantes de Siria, inicie la planificación para prestar apoyo y asistencia en la transición liderada por Siria y para que se asignen unos recursos apropiados a este respecto.”
Las entrelíneas nos dicen que todo apunta a lo mismo: un plan de intereses dispuestos a occidentalizar Siria. Y ya sabemos en qué consiste esta “occidentalización”. He ahí lo sucedido con Iraq y Libia, por no citar más.
Mario Casartelli (Beirut-Caracas, mayo de 2013) .
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